Celulosa Argentina, una de los mayores grupos forestoindustriales del país, anunció hoy en una nota a la Bolsa de Comercio que paralizó sus dos plantas, una ubicada en Capitán Bermúdez y otra en Zárate, porque ya no tiene insumos para producir ni dinero para reponer esos insumos.
“Nos dirigimos a ustedes con el fin de informar que las plantas industriales de la Sociedad, ubicadas en Capitán Bermúdez y Zárate, se encuentran actualmente inactivas, realizándose únicamente tareas de mantenimiento menor con el personal propio que no ha tomado vacaciones”, indicó la firma en una nota a los inversores, ya que sus acciones cotizan en la Bolsa porteña.

“Esta situación obedece al marcado deterioro del capital de trabajo, como consecuencia del complejo contexto que atraviesa la Empresa, tal como fuera comunicado los días 7 de abril, 7 de mayo y 6 de junio del corriente año”, indicó.
Celulosa Argentina, alguna vez controlante de Alto Paraná, es uno de los mayores conglomerados forestoindustriales del país junto a Arauco Argentina, Arcor/Papel Misionero/Cartocor y Grupo Ledesma.
Es una de los mayores productores de pasta celulósica del país y también controla a Tapebicuá, uno de los mayores aserraderos de Gobernador Virasoro, especializado en laminados.
El grupo, tal cual viene informando Plan B hace más de un año, hace tiempo está buscando reestructurarse, cerró el aserradero de Garruchos y hace dos meses comunicó que busca compradores.
El 7 de mayo pasado en una nota se explayó sobre sus problemas financieros y comunicó que iba a defaultear sus Obligaciones Negociables y cheques, al tiempo que empezó a trabajar junto al Banco VALO en una propuesta para reestructurar sus acreencias y conseguir compradores o al menos socios que inyecten capital a la compañía.
Sin embargo, el tiempo pasa, Celulosa Argentina ahora se quedó sin insumos para seguir produciendo y tampoco consigue financiamiento, según se desprende de la decisión de la compañía de paralizar sus dos plantas, una ubicada en Santa Fe y otra en provincia de Buenos Aires.
“Es una empresa asfixiada financieramente . No pudo afrontar pagos de cheques y ONs desde mayo. Tiene una deuda total: u$s128 millones, con el 56% en el corto plazo y compromisos entre abril-junio: u$s25 millones. Además, resultados operativos en caída libre como las ventas locales. Y para completar tiene grave problemas estructurales: Aumento de exportaciones, pero con menor rentabilidad. Alta dependencia del mercado interno, que se desplomó. Es decir, es incapaz de generar flujo de caja operativo suficiente”, indicó un analista que sigue la evolución de Celulosa Argentina en la Bolsa.
Razones para la crisis
En la nota presentada a la Bolsa el 7 de mayo pasado, la compañía explicó que la fuerte caída en las ventas en el mercado interno y las operaciones de exportación casi sin margen de rentabilidad fueron dos de las varias causas que provocaron su crisis financiera.
Pero también citó “como contracara del carry trade” a la suba del costo del capital en dólares. Es decir, lo que es jugoso para un inversor especulativo que trae dólares e invierte en tasa en pesos con dólar fijo o semifijo, significa para una industria un costo del capital medido en dólares alto, como mencionó la compañía en su comunicado a los inversores.
“Ese punto refleja que la empresa entró en un círculo vicioso: necesitaba más capital de trabajo por problemas operativos, y lo financió a tasas usurarias en dólares por falta de acceso al crédito barato. Eso erosionó su caja y empeoró el cuadro financiero. La empresa necesitó financiamiento y ese capital tuvo un costo efectivo en dólares altísimo. Es extremadamente caro para una empresa que factura mayormente en pesos o exporta con márgenes deprimidos”, indicó un experto en gerenciamiento de industrias forestales a este diario.

Según fuentes consultadas por Plan B, los problemas de Celulosa Argentina, que incluyen a Tapebicuá, también incluyen unas maquinarias obsoletas y una plantilla de personal sobredimensionado.
Gigante que tambalea: Celulosa Argentina analiza reperfilar deuda y buscar nuevos socios
Incluso en diciembre del año pasado, el Grupo Da Rosa de San Vicente estuvo a punto de adquirir el aserradero de Gobernador Virasoro, pero al final se hechó atrás porque la cantidad de personal es demasiado alta para poder operar con rentabilidad, dijeron al menos dos fuentes cercanas a las conversaciones a este diario.
Plan B/ 30-7-2025