El ex senador por Misiones, Humberto Schiavoni, se convirtió en uno de los primeros dirigentes político locales que salió a defender el capítulo yerbatero del DNU y apoyar las modificaciones en el INYM y, en especial, la eliminación de sus facultades regulatorias.
En una columna publicada en el diario Infobae, Schiavoni afirmó en el título que “es hora de abandonar el populismo yerbatero”.
En su argumentación, Schiavoni explica que los precios oficiales casi siempre los fijó el Estado (laudo) porque los sectores del INYM no se pusieron de acuerdo y además, los precios solo se cumplieron cuando estaban respaldados por una realidad del mercado (o por la oferta y la demanda).
“Cuando el precio fijado obedece a la realidad económica, éstos se cumplen. Pero cuando ello no ocurre, a la larga el productor no logra que se pague el precio fijado porque se escalonan los pagos mermando su valor presente, o porque directamente se establece un valor en función de la oferta y la demanda”, explica Schiavoni.
“Si a esto se le suma, como pasó en los gobiernos kirchneristas, controles en los precios finales de venta, la consecuencia es el endeudamiento de las empresas y por ende la desinversión”, agrega.
Explicando que la liberación del precio de la materia prima (hoja verde y canchada) también implica una libertad a la hora de establecer los valores en góndola que va a redundar en un beneficio para las yerbateras y para el sector en general.
¿Qué pasa con los productores más chicos?
Schiavoni también propone la reconversión de los sectores más chicos y menos eficientes, con la ayuda del Estado.
“La situación del sector yerbatero no difiere en general con lo que se verifica en otras economías regionales, como por ejemplo la vitivinicultura, donde el proceso de concentración se refleja en el tamaño de las explotaciones. El Instituto de Vitivinicultura pondera que el tamaño medio de un viñedo era en 1990 de 5,8 has, en 2010 de 8,8 ha y en 2020 de 9,1 ha. También ha disminuido la cantidad de ha cultivadas, pero producto de la reconversión de los viñedos la producción no solo no cayó, sino que se ha incrementado”, indica.
“El destino de las explotaciones de baja rentabilidad es su reconversión con nuevas variedades y mejores técnicas de cultivo u otros destinos como la producción de nueces, por ejemplo, o el negocio inmobiliario”, señala.
“Está claro que estos procesos son inherentes a la dinámica del sistema capitalista, pero ello no significa abandonar sin más a los sectores de mayor vulnerabilidad. El Estado tiene sobradas herramientas para abordar esta problemática, pero para ello debe abandonar la tendencia a especular políticamente con la situación y encarar planes de reconversión y diversificación serios y sustentables”, completa.
Segmentación
“En la transición, lo primero que debe hacerse es actualizar la segmentación del sector, para lo cual el INYM cuenta con los instrumentos necesarios. Algunas explotaciones serán susceptibles de ser reemplazadas por otras de mayor rendimiento; en otros casos se podrán sustituir por otros cultivos, como la forestación en el marco de la Ley 25.080, asociados a esquemas de engorde vacuno donde los kilos de carne proporcionen el flujo y los árboles la capitalización de las chacras”, recomienda.
“Se deben identificar a las distintas cuencas productivas y elaborar proyectos para cada una de ellas, ya que existe una variedad de productos que pueden abastecer el mercado interno provincial e incluso ser destinados a la exportación. En otros casos, la falta de escala e integración vertical se puede suplir con el apoyo a mecanismos asociativos”, agregó.
“Para emprender estas acciones, tanto el Estado nacional como provincial tienen, además deI INYM y su fuente de financiación (estampillado), decenas de organismos y programas que pueden utilizar de manera coordinada”, dice Schiavoni.
Schiavoni insiste con la desregulación yerbatera a pesar del rechazo de la UCR al proyecto
“Siguiendo el paralelismo con la vitivinicultura, es necesario que el INYM mantenga funciones de contralor en lo que hace a los estándares de calidad y salubridad, además de acciones tendientes a incrementar la demanda en colaboración con el sector privado”, cerró el ex titular de JxC a nivel nacional.
Schiavoni es así el primer dirigente político misionero importante que sale a respaldar los cambios en el INYM. Su hermano Alfredo, también lo había hecho pero antes de que Milei llegara al poder e incluso presentó el capítulo yerbatero de una amplia ley de desregulación que ingresó al Congreso a finales del 2022 pero luego no prosperó en el trámite parlamentario. Esto sin contar a Pedro Puerta (quien en rigor tiene el doble rol de empresario yerbatero y dirigente político).
Puerta y los Schiavoni son los que hasta ahora han apoyado y explicado por qué le puede hacer mejor al sector yerbatero, avanzar con los cambios.
Plan B/ Infobae/ 17-1-2023