Me preguntaron que opino sobre la prohibición de las exportaciones de carne. Creo que no va a servir para nada. No repercutirá para nada en mejorar el acceso de los argentinos al producto.
Hay que tener en cuenta primero que la exportación de la carne argentina es significativamente menor a lo que consume su mercado interno. Pero, además, paradójicamente son los exportadores de carne los que tienen más posibilidades de ofrecer cortes a menores precios para el consumo.
Esto es así porque, al exportar los cortes más caros – bifes, lomos, cuadril – a precios más altos, esto les debería permitir vender los restantes cortes a precios más barato para el consumo: asado, vacío.
Francamente, los controles ya se probaron – todos – y nunca funcionaron. En los años setenta eran muy populares las vedas (prohibición) al consumo interno, una semana había carne, otra no. Nunca dieron resultado.
En los últimos años la prohibición fue para las exportaciones. El ingenio argentino no descansa, pero los resultados escasos o nulos, tristemente se repiten.
Si de controlar los precios de la carne se trata, podrían ponerse precios máximos a la hacienda en pie. Y así, abaratando la materia prima, tendríamos menores precios en la mesa. ¿Pero adivinen qué? Esto ya se hizo (Aldo Ferrer era el ministro de Economía, con Lanusse en el Ejecutivo) y termino rápido y mal.
Las medidas regulatorias vienen generando resultados inesperados y no deseados, independientemente (e incluso contra) las intenciones que las generan y, al final como decía Borges: “la realidad toma formas diferentes a nuestra imaginación”.
Sospecho que el pollo y el cerdo van a sentirse ahora más protagonistas y reclamaran una cotización más acorde a su importancia.
Algo es seguro. La polémica medida va a servir para avivar inútiles discusiones políticas, además de reacciones en los sectores afectados con la medida, como el anunciado cese de actividades del campo. Y seguramente con efectivas pérdidas económicas, que van a ser más fuertes en los sectores más débiles de la cadena, como empleados y pequeños comercios del rubro.
*Aníbal Boerr es experto en Comercio Exterior, presidente de Agrointer Foods, una firma exportadora de productos cárnicos, pescado y pollo a China, Europa, Estados Unidos y Africa. Trabajó durante más de 20 años en la industria frigorífica en el área de exportaciones (Frigorífico Mayosol, entre otros). Participó en más de 50 ferias comerciales en países como China, Vietnam, Angola, Brasil, Chile, Bolivia, Uruguay, Perú, Estados Unidos, etc.