Por Victoria González
Argentina es el país más matero del mundo (1° en producción, 1° en consumo y 1° en exportaciones) y dentro de nuestro país, sin dudas Misiones es la provincia matera por excelencia.
Y sin embargo, recién en los últimos tiempos empezaron a aparecer y a crecer como hongos en la capital de Misiones un nuevo rubro de local: el que tiene al mate como objeto de deseo.
Como el padel, son esos rubros que se ponen de moda y no paran de proliferar generando un interrogante: ¿el mercado da para tantos?
Las tiendas de mate, son locales típicamente pequeños, exclusivamente dedicados al universo matero, un rubro que hasta hace unos años ni siquiera existía en esta ciudad, que bien podría reclamar el título de capital mundial del mate.
Aún cuando el mate siempre fue parte de la identidad y la vida cotidiana del misionero, simplemente se conseguía en negocios de otros rubros: supermercado, almacen, negocio de regionales o alguna feria artesanal.
Nadie, en Misiones, le daba demasiada importancia al mate-recipiente, aunque ya en épocas coloniales, en las tertulias porteñas el mate era símbolo de status.
Hoy se reproducen dentro y fuera del microcentro posadeño estos negocios que tienen entre su oferta mates y bombillas, acompañados de termos o porta kits materos, accesorios personalizados y otros objetos vinculados al rito de tomar un buen mate.
Según un relevamiento realizado por el equipo de Plan B, la mitad de los locales especializados en mate en Posadas, surgieron durante y post-pandemia. La mayoría de estos locales son atendidos por jóvenes emprendedores
Desde el centro de Posadas, Nazira D´ Lucca, encargada de la marca Huellas, explica que “el mate es lo más importante que tenemos los misioneros. Para nosotros fue una necesidad vender artículos que se adapten al consumo de la ciudad hoy en día”.

Su propuesta combina lo artesanal con lo contemporáneo: bombillas de diseño, mates, bolsos y alpargatas.
“Empezamos en 2020, antes de la pandemia, nos dimos cuenta de que lo rural y de campo se podía traer a lo cotidiano de la ciudad. Lo trajimos, y la gente se copó mucho.
-¿Quién compra un mate premium hoy?
El público más frecuente sigue siendo el local, pero el crecimiento del turismo en Misiones en temporada alta también empuja el negocio, dice la responsable del local,.
“En verano es furor”, afirma Nazira. También identifica un cambio en el perfil del comprador: “Nuestros clientes buscan un producto determinado”, indicó haciendo énfasis en que no solo se trata de un producto funcional, sino en las bases de su propuesta comercial: lo regional como un producto de autor.
Para algunos emprendedores, el negocio del mate es un legado familiar, como es el caso de Ileana Yardin, fundadora de Yard Pack, una marca que comenzó vendiendo online y hoy es referente local.
“Abrimos una tienda web y con publicidad empezamos a crear una comunidad. Todo fue de a poco, mostrando el producto con foto y video”.

Para otros comerciantes, este modelo de negocios “regionales”, son una respuesta creativa a un contexto social.
Santiago Pereira, encargado de “Tierra Roja Regionales”, cuenta que durante la pandemia el mate fue un refugio emocional: “Con el distanciamiento, la gente empezó a comprar su kit individual. Fue la mejor compañía en los días más duros”.

Sin embargo, advierte: “Este modelo de negocio se está desaprovechando mucho. Somos pocos los que lo desarrollamos con propuesta regional. Aún no es tendencia como debería ser”.
Más allá del recipiente y la bombilla, el mate hoy es también objeto de regalo, identidad visual, signo de pertenencia y estética de redes sociales. Quienes lo venden lo saben, y por eso cuidan el empaque, el relato, la atención al cliente.
El consumidor no quiere solo tomar mate: quiere mostrarse con un mate que lo represente.
Esa personalización se ve en los diseños, los materiales, las combinaciones de colores y hasta los nombres de los modelos.

“El imperial tradicional siempre se vende, pero hoy el ranchero de algarrobo es furor, sobre todo las réplicas que son más económicas”, afirma Ileana Yardin, fundadora de “Yard Pack”.

El fenómeno no es aislado ni meramente estético: acompaña una recuperación real en el consumo. Según el último informe del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), en lo que va de 2025 el consumo interno superó los 138 millones de kilos, una cifra que marca un repunte sostenido respecto al año anterior.

“La mayoría de nuestros compradores son locales, mayores de 30, pero cada vez se ve más juventud interesada”, apunta Yardín.
La compra de un mate hoy no sólo responde a una necesidad: es también una forma de expresarse.

Plan B/ 11-8-2025