Observatorio PYME.

Sonde de Techint entre pymes arroja creciente alerta por recesión y avalancha importadora

La alerta en el mundo de las empresas se dispara justo cuando se acercan las elecciones de medio término.

Entre las pymes avanza una preocupación que se verifica también en las grandes compañías, algunas de las cuales reflejaron pérdidas en sus balances en los últimos meses. ¿Qué están viendo las firmas?

Una desmejora significativa de la rentabilidad que puede afectar la producción y el empleo en un contexto en el que definen como récord la presión importadora, la pérdida de participación de mercado y la incapacidad de trasladar a precios los aumentos que sufren en los costos.

La última radiografía surge de una encuesta que publicó el Observatorio Pyme, entidad que tiene como presidente honorario a Paolo Rocca, CEO de Techint.

Para el Gobierno, el foco está puesto en la baja de la inflación. Hoy se conocerá, de hecho, el IPC de junio. La apuesta es sostener el equilibrio macro, una gran desregulación y la apertura comercial que fomente la competencia.

Pese a que se bajaron impuestos, en el sector privado entienden que sin reformas de fondo –el Gobierno las piensa para luego del recambio del Congreso- será difícil mejorar los márgenes para invertir, producir y generar más trabajo.

Además del sondeo del Observatorio Pyme, la Unión Industrial Argentina (UIA) manifestó su “preocupación” por el nivel de actividad económica en su última reunión de junta directiva. De hecho, su presidente, Martín Rappallini participará hoy de un almuerzo en el Rotary para hablar de la situación del sector. Esta es una sensación que comienza también a aparecer en las encuestas de opinión pública.

Según el Informe Coyuntural Pyme para el segundo trimestre de 2025 elaborado por el economista Federico Poli con base a una encuesta realizada entre el 24 de junio y el 16 de julio a 500 firmas manufactureras, y de software y servicios informáticos, “siguen predominando los indicadores recesivos”. El relevamiento marida con las proyecciones de analistas privados que ven una desaceleración tras los buenos datos económicos que se vieron en el primer trimestre.

Más precisamente, para el 70% de las empresas la producción está estable o en baja y la preocupación por la debilidad de la demanda alcanza al 68% de las firmas. “Los precios y las ventas evolucionan por debajo de los costos”, indicaron. El 74% de las empresas reportó aumento de costos, y solo un 35% pudo trasladarlo a precios.

“Esta situación está llevando a las empresas a buscar estrategias defensivas para mejorar las cuentas (incluyendo recortes de personal y aumento de componente importado en la producción) y reclamar medidas para ‘nivelar la cancha’ (alivio de la presión fiscal, estabilidad macroeconómica, reformas en el mercado laboral)”, estimó el informe del Observatorio.

El 45% de las compañías, por otra parte, informó que siente la amenaza importadora y el 33% verificó pérdida de participación a manos de importaciones. “Ambos indicadores se ubican en niveles récord, con China como principal origen de la amenaza (73% de las empresas bajo amenaza)”, estimaron y completaron: “Continúa el proceso de sustitución de producción local por importaciones en insumos y bienes terminados. Esta situación es agravada por el ingreso de mercadería con competencia desleal, incumplimiento normativo y contrabando”, dijeron.

“Como consecuencia del bajo nivel de actividad, la necesidad de mejorar estructura de costos y la fuerte presión importadora, se profundiza la caída del empleo en las pymes industriales (-4,7% interanual), acumulando nueve trimestres de caída”, cerraron los analistas.

El Gobierno bajó aranceles a las importaciones vía courier
El Gobierno bajó aranceles a las importaciones vía courierShutterstock – Shutterstock

“Atomización de la oferta”

“Ese fenómeno se explica por la distorsión de precios relativos entre bienes transables y no transables en el marco del programa de estabilización y apertura. En el caso de las pymes, se agrava por la baja capacidad de estas de fijar precios por la atomización de la oferta”, afirmó Poli a LA NACION.

“El panorama internacional de guerra comercial llama a prestar atención a las amenazas a que pueden dar lugar los excedentes productivos que llegan de los países a los que se les complica ingresar a EE.UU. y genere desvío de comercio. También se debe cuidar el aparato productivo del impacto de las importaciones chinas”, indicó el economista.

La UIA había marcado su “preocupación” sobre la situación de la economía en su último encuentro de la junta días atrás. Sus miembros destacaron entonces “la relevancia del ordenamiento macroeconómico, la baja en la inflación y el equilibrio fiscal”, pero allí dijeron también que es fundamental “tener en cuenta las diversas realidades sectoriales”.

“Los miembros de la Junta señalaron que las tasas de interés deberían estabilizarse en un nivel razonable para la capacidad de las empresas, y destacaron la necesidad de crédito para sostener el capital de trabajo, en particular en las pymes industriales, en un contexto de presión sobre los costos”, afirmaron. Justamente, el Gobierno comenzó a trabajar en estas horas en una estrategia para bajar las tasas de interés luego del salto que dieron para frenar al dólar.

La entidad fabril también informó que el CEU –su centro de estudios- observó en la industria una caída de 1500 empleos por mes en el último trimestre, según datos oficiales, con una baja acumulada de 37.000 empleos desde agosto de 2023. “La heterogénea recuperación iniciada el año pasado está mostrando cierto amesetamiento en los últimos cinco meses”, dijeron.

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Sobre las empresas vinculadas al software y la economía del conocimiento, el Observatorio Pyme marcó que desacelera el crecimiento. “Para el 29% cae el empleo (máximo de los últimos años), disminuye la confianza empresarial (ICE-PyME=56) y casi un 70% señala preocupación por el escaso margen de rentabilidad”, estimaron los autores de la encuesta.

Malos balances

Vale recordar que esta semana se conoció que Mastellone –que controla La Serenísima- vendió más en el segundo trimestre, pero tuvo un resultado negativo de $869 millones. “Sostener la competitividad es un factor clave para nuestra compañía, por ello debemos trabajar fuertemente en los temas vinculados al capital de trabajo, la estructura de costos y la eficiencia”, estimó en su balance enviado a la Comisión Nacional de Valores (CNV). La firma aseguró que estos factores “se reflejarán en los resultados económicos de corto y mediano plazo”.

Otro caso fue el de Molinos Río de la Plata, la empresa de alimentos del grupo Perez Companc, que cerró balance en rojo. La compañía, dueña de marcas como Gallo y Lucchetti, exhibió un resultado neto negativo por $19.485 millones en el primer semestre de este año. “Con costos de venta unitarios aumentando nominalmente por encima de los precios, el resultado neto fue negativo por $19.485 millones”, indicaron y alegaron un “consumo deprimido”.

Además, del temor a dar malas noticias al Gobierno antes de las elecciones y enfrentar un escarnio público, hay dos factores que también frenan la capacidad de las empresas de trasladar los costos a los precios para mejorar su rentabilidad: importaciones y un consumo masivo aún deprimido. La importación de bienes de consumo fue récord y es la más alta desde 2015. Llegó, según el Indec, a los US$5267 millones, por encima de los picos de 2017 y 2018, en tiempos del macrismo en el Gobierno.

En tanto, el ingreso disponible del hogar –el dinero que queda para consumir después de pagar gastos fijos como la luz, el agua, el gas, entre otros– todavía estaba en mayo un 9% por debajo de los niveles de fines de 2023.

Plan B/ La Nación / 13-8-2025

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