Por Martín Boerr
Javier Milei selló ayer en La Rural un pacto con “el campo” y si bien a priori parece algo muy positivo (porque, ¿quién no quiere que le vaya bien al agro?) no hay que pensar que esa alianza incluye a los pequeños productores yerbateros o tabacaleros o buena parte del mundo productivo.
Es más, aún cuando hay que darle el beneficio de la duda y apostar a que esta política económica de resultados positivos para todos, la intención de estas líneas es advertir que en otros momentos de la historia, ese pacto y esa foto en La Rural, significó el comienzo de una política nefasta, que destruyó miles de puestos de trabajo y llevó a la ruina a pymes y sectores de las economías regionales.
En el año 2007, cuando era jefe de redacción del diario Buenos Aires Económico (antes Infobae), me tocó ir a convocar a un grupo de renombrados economistas considerados heterodoxos en los círculos financieros, empresarios y académicos.
Varios de ellos, los integrantes del Grupo Fénix, que bancaban el modelo económico de Néstor Kirchner, pero ya empezaban a criticar los desvíos que veían en las políticas de CFK (y que llevaron en aquél entonces a perder los superávit gemelos o la aparición incipiente de la inflación).
Así fue como conocí y trabajé con economistas como Aldo Ferrer (ex ministro de Economía), Eduardo Curia (considerado el padre del modelo económico de Néstor Kirchner), Abraham Gak o Mario Rapoport.
Ellos venían a la redacción a charlar con los periodistas sobre temas variados de la economía y también nos relataban experiencias y momentos de la historia que nosotros, más jóvenes no habíamos vivido.
Y esto es interesante porque en la Argentina, las políticas económicas son cíclicas, y nos damos cuenta cuando ya somos grandes y decimos: “Esta película ya la vimos”.
Y una de las cuestiones que más nos machacaron a los más jóvenes de la redacción de BAE esta colección de economistas serios, respetados en distintos ámbitos, y por supuesto representantes de una escuela económica (vinculada al estructuralismo) con defensores y detractores, es la dicotomía que siempre volvía a aparecer en la Argentina entre, campo vs industria.
Como un choque de intereses donde por un lado están los grandes intereses agroexportadores en alianza con el mundo financiero, y del otro lado, el mundo productivo de las pymes y las economías regionales.
Cuando ayer se escucharon los discursos en el palco oficial de La Rural, fue imposible no acordarse de todas las charlas con esos economistas renombrados que vivieron como testigos y a veces como protagonistas otras fotos similares, otras alianzas parecidas, y sobre todo, vieron y vivieron sus resultados.
La idea de estas líneas es únicamente advertir que cuando se habla de “campo”, no se está incluyendo a la yerba mate, el té, el tabaco, la forestación o cualquier otra economía regional. Tampoco a la industria ni a las pymes.
Milei no les habló a estos sectores ayer en el Palco de La Rural.
Milei anunció baja permanente de retenciones y dijo en La Rural que quiere al campo de aliado
Y si tuviera que hacer una traducción de lo que trataron de contarnos los Aldo Ferrer o los Eduardo Curia (ambos fallecidos hace años), es que son alianzas económicas y políticas, donde hay unos pocos ganadores, y muchos perdedores.
“De las 8.000 reformas que llevamos a cabo más de 400 fueron para liberar a este sector (por el campo”, explicó Milei.
“Estamos construyendo un país en el que todos los emprendedores tengan un lugar, y en le que todas las empresas tengan la posibilidad de desarrollarse sean del campo o de cualquier otro sector”, afirmó.
Sin embargo, cuando relató quiénes se benefician con la baja de retenciones, fue muy preciso al apuntar que: “entendemos que la baja de retenciones a parte de beneficiar al campo potenciará a toda la economía del interior del país que de forma más directa o indirecta le provee servicios a productores agrarios, veterinarios y laboratorios, ingenieros y desarrolladores de semilla, playeros de estaciones de servicio, gomeros a almaceneros, piloto de drones o constructores de silos, todos se beneficiarán de que la rentabilidad del sector privado se quede en el sector privado en lugar de que sea extirpada por el maldito Estado”.

No estamos en condiciones de afirmar que la historia va a repetirse y no hay porque perder las esperanzas de que la Argentina puede cambiar y aprender de sus errores del pasado.
A Milei le dieron un país fundido, la peor herencia en la historia desde el regreso de la Democracia, en opinión de quien esto escribe.
Pero a no confundirse, cuando Milei habla en el palco oficial de La Rural de que busca aliarse a “el campo”, no se refiere al productor misionero, ni a miles de otros pequeños productores a lo largo y ancho de nuestra querida Argentina. Es bueno tenerlo en cuenta.
Martin Boerr es periodista especializado en economía y finanzas, ex jefe de redacción de Buenos Aires Económico, actual director de Plan B, Misiones (www.planbmisiones.com).
Plan B/ 27-7-2025