Los dirigentes políticos no siempre dicen lo que tienen en mente, y menos un domingo poselectoral cuando hay que tratar de vender un triunfo ajustado, e insuflar la sensación de victoria y ánimo a la tropa.


Por eso es bueno mirar las caras y los gestos, y este domingo en el bunker de la Renovación en la calle Félix de Azara, se pudo ver un gesto inequívoco de Carlos Rovira hacia Paula Franco, la principal figura renovadora en estas elecciones junto al titular de Vialidad, Sebastián Macías.
Tras referirse al triunfo, Rovira le cedió la palabra a Hugo Passalacqua y después, a pesar de que tenía a Paula Franco parada a sus espaldas, le pidió a Macías que dijera algo.
Pero Macías le cedió el micrófono primero a Paula Franco, y ahí se pudo ver el gesto de disgusto de Rovira, que inmediatamente trató de disimular. También se notó que Rovira, que venía muy sonriente, puso gesto adusto y casi no miró a Franco.
Incluso quería empezar a aplaudir antes de que terminara de decir sus palabras.
Pero lo más elocuente vino al final, cuando Franco, tras agradecerle, pretendió agacharse para darle un beso a Rovira y este, desde la silla y sin pararse, estiró la mano para darle una fría palmadita en la mejilla, como diciendo: “Dejémoslo así, nomás”.
Cuando finalmente habló Macías, a Rovira le volvió la sonrisa a la cara y no dudó en estirar su mano para estrechársela al titular de Vialidad, ya recuperando el buen semblante.
Plan B/ 10-6-2025