El adiós de Plan B.

Por qué Jorge Lanata fue uno de los mejores de todos los tiempos

En mayo del 2013, apenas unos días después de producir uno de los programas de mayor audiencia e impacto que hizo Jorge Lanata en toda su vida, lo fui a entrevistar a los estudios de Radio Mitre.

Yo estaba haciendo una revista para el sindicato de técnicos aeronáuticos que se llamaba Aviones.com, y que en cada edición mensual publicaba una nota de interés general con alguna personalidad.

Lanata me recibió en el hall de entrada de Radio Mitre, estaba por entrar a hacer el pase con Marcelo Longobardi, pero se lo terminó perdiendo ese día. Se ve que se enganchó con la charla porque siguió de largo y los 10 minutos pactados terminaron siendo media hora.

El después tenía que arrancar su programa, sino creo que se hubiera quedado más.

Le pregunté se esos días, estaba atravesando su mejor momento. Lo pensó mucho, y me terminó diciendo: “Sí, en términos de repercusión, sin dudas es mi mejor momento”.

Le pregunté si creía que iba a pasar algo con todas las revelaciones de lo que luego se conocería como la Causa Vialidad (Fariña, Elaskar, las cuevas, el dinero en efectivo) y me dijo que dudaba de que llegara a algo el asunto en la Justicia.

Pero lo más importante para su futuro: le pregunté si pensaba que podía sostener ese nivel de tensión y atención, de rating, de repercusión e influencia. Y el me dijo que lo veía muy difícil, pero que dejó en claro que quería intentarlo.

Esto último es clave, porque para cualquiera que entienda el estress y los vaivenes del periodismo de alto impacto, y de la clase de periodismo que practicó toda su vida Jorge Lanata, a la postre se convertiría en una de las principales causas de su muerte.

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Lanata con la revista Aviones.com en el hall de Radio Mitre. Aquél día por quedarse charlando se perdió el pase con Marcelo Longobardi.

Coincido con Marcelo Longobardi cuando dijo que la profesión se consumió a Lanata. Y aquél día, intuí que su salud iba a pagar un precio alto. Lo mismo puede decirse de Nico Wiñazki, su ladero por esos días, que subió muchísimo de peso.

Eso es el stress y la ansiedad que provoca esta profesión, practicada a determinado nivel y determinada manera.

Hay periodistas y periodistas, como todo en la vida, los hay buenos, malos y regulares, y también los hay muy buenos (o buenos, entre los buenos).

Lanata fue uno de los mejores de la historia porque no fue un periodista que permanentemente creó formas nuevas de contar noticias, porque fue desafiante con el poder como pocos, porque fue rebelde y porque se supo reinventar muchísimas veces.

La sola creación de Página 12 ya lo pone en un sitial de privilegio del periodismo, en toda su historia. Pero Lanata siguió, en la televisión y creó enormes éxitos como “Dia D” o Periodismo Para Todos.

Dos programas, por cierto, muy distintos. En el primero, Lanata seguía siendo el que permanentemente desafiaba al sistema y se atrevía a hablar de lo que casi nadie se animaba. Todo el tiempo flotaba la posibilidad de que le levantaran el ciclo las autoridades de América.

En cambio, PPT marcó un quiebre para el periodista, para muchos, “tranzó” con el poder del Grupo Clarín, que permanentemente lo había ignorado y ninguneado, como hace un grupo, sector político o cualquier poderoso con un hombre como Lanata.

Yo pienso que tanto Lanata como Victor Hugo Morales, del otro lado de la grieta, no se vendieron, sino que eligieron tarde o temprano un bando desde el cual seguir practicando el periodismo que sentían.

Quien crea que Lanata no pensaba lo que decía en PPT, no sabe nada de periodismo, ni de lo difícil y complicado que es sostener una postura desafiante todo el tiempo en esta profesión. Desafiante del poder, del sistema, de otros medios y colegas.

Y lo mismo corre para Victor Hugo Morales, algún día se cansó de remar el el desierto, y “tranzó” si se quiere con un kirchnerismo que comulgaba con muchas de las ideas que el relator sostuvo durante toda su vida.

Esto no quita que Lanata apoyó demasiado al macrismo y al otro lado de la grieta, o fue demasiado complaciente, o dejó de ser crítico con el Grupo Clarín y algunos de los temas sensibles para este gigante que siempre tiene intereses políticos y económicos en la Argentina de los últimos 60 o 70 años.

Pero bueno, nadie es perfecto y a muchos les gusta criticar y está bien que así sea porque esas son las reglas del juego, mucho más para un periodista, que todo el tiempo está proponiendo algo a un público que tiene todo el derecho del mundo a reaccionar como le plazca.

Lanata murió como un personaje admirado, respetado, muy querido, amado por algunos y también odiado. Y esas son las reglas del juego para alguien que dejó una huella en este mundo y será recordado para siempre en una profesión que atraviesa el peor momento de su historia.

Adiós, Lanata.

Plan B/ 31.12.24

 

 

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