Franco Colapintó finalizó 14° en el Gran Premio de Las Vegas, tras haber arrancado desde los pits, último.
La carrera la ganó George Russell de punta a punta, escoltado por su co-equiper Lweis Hamilton que se lució pasando autos y corriendo desde atrás, hasta amenazar el liderazgo. El tercer lugar fue para Carlos Sainz, que corre sus últimas carreras con Ferrari en gran nivel.
Pero el gran ganador fue el holandpes, Max Verstappen (Red Bull) al que le alcanzó su quinta posición para conquistar su cuarto campeonato mundial de pilotos.
Fue una buena performance que le devuelve la confianza, tras los dos choques y abandono en San Pablo y tras el nuevo choque en la madrugada del sábado en la clasificación.
El pilarense partió desde la calle de boxes y consiguió un avance de seis puestos en una carrera lineal, lejos de fricciones inútiles y superando incluso a algunos rivales con autos que, sobre el papel, debían ofrecer mayor rendimiento.
El argentino quedó finalmente en la 14ª posición, la misma que había logrado en la segunda fase de la clasificación del viernes antes de su tremendo accidente en la curva 16 del circuito de 6,2 kilómetros.
En las horas previas al Gran Premio, se conoció que la noche del viernes fue muy complicada para Colapinto.
Los médicos de la Federación Internacional del Automóvil le diagnosticaron una leve conmoción y le recomendaron descanso hasta el sábado a las 14, horario que le reservaban para una segunda revisión y darle el alta, si correspondía.
El impacto contra el muro, en la salida de la curva 16, alcanzó una intensidad de 50G. Su casco golpeó contra el halo de protección, estirando las vértebras del cuello en la desaceleración. Afortunadamente, el casco resistió el impacto, y Franco no sufrió lesiones visibles.
En el paddock de Las Vegas, los mecánicos de Williams, apoyados por el equipo de su compañero Alex Albon, desmontaron los restos retorcidos del chasis de Colapinto, cambiando prácticamente todo: chasis, carrocería, alerones, suspensiones, frenos y más. Se trataba de armar, casi, un coche nuevo.
Una vez iniciado el Gran Premio, partiendo desde la calle de boxes, Franco avanzó con cautela. Estaba último calzando neumáticos duros que debían durar unas 17/19 vueltas. Los pilotos más arriesgados habían comenzado con gomas de dureza media, los de banda amarilla. Por delante de Bottas había rivales que podían ser “alcanzables”, entre ellos Lance Stroll (Aston Martin), Fernando Alonso, Liam Lawson, Zhou Guanyu y Kevin Magnussen.
Después de todo, Colapinto se había situado octavo en el tercer entrenamiento no oficial, por delante de Kevin Magnussen (9º), Yuki Tsunoda (Racing Bull, 16º) y Liam Lawson (Racing Bull, 18º).
En la primera parte de la carrera, Colapinto mantuvo una actitud de observación. Él y Bottas comenzaron a adelantar posiciones cuando se iniciaron las paradas para cambiar las gomas medianas (elegidas por los líderes de la carrera) por neumáticos duros. Ambos se vieron favorecidos por pasar a las medianas seis vueltas más tarde que sus rivales.
En su avance, Colapinto llegó a marcar tiempos de vuelta comparables a los del McLaren de Oscar Piastri.
Avanzó hasta atacar a Kevin Magnussen, quien logró contenerlo. Tampoco se trataba de lanzar una estocada desesperada. En la última vuelta, el chino Zhou Guanyu, a quien Franco había superado, disponía de neumáticos mucho más frescos tras su última parada y lo adelantó. Colapinto terminó en la 14ª posición, un resultado mejor de lo que podía esperarse teniendo en cuenta desde dónde comenzó la carrera y con un coche recién reparado cuyo estado era una incógnita.
El automovilismo tiene mucho de sube y baja: el viernes por la noche, después de la clasificación, Colapinto estaba hundido y había muchas dudas sobre su participación en la carrera y su futuro.
Su compañero Alex Albon se había situado 19º, eliminado en la Q1. Minutos después ocurrió el accidente de Colapinto. Albon largó bien en la carrera y comenzó a avanzar, pero en la vuelta 26 tuvo que abandonar por un fallo en el motor. Entonces fue Franco quien pasó a defender los colores de Williams. El sube y baja.
Una vez desocupado de su obligación con las televisiones internacionales, Colapinto declaró LA NACION: “Sí, la verdad que fue un buen día después de ayer, que fue complicado. El trabajo del equipo para reparar el auto fue increíble. Hoy se trataba de sumar kilómetros. Ahora voy a saludar a los mecánicos”.
No necesitaba decir más. Bastaba por el momento. Entre este sábado y la primera práctica para la carrera de Qatar el próximo viernes aparecerán respuestas a las preguntas que seguramente él y su entorno se están haciendo en torno a un fin de semana que les costará olvidar.
Plan B/ La Nación / 24-11-2024