El gigante de las semillas y la genética, Grupo Don Mario, anunció la compra del negocio de maíz y sorgo de la firma alemana KWS en Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay, informó el diario El Cronista.
La transacción anunciada ayer incluye todas las actividades de mejoramiento y venta de maíz y sorgo en América del Sur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) de KWS, así como todos los sitios de producción de maíz y sorgo en Brasil y de maíz en Argentina, involucrando a alrededor de 700 colaboradores”.
Don Mario tiene en la Argentina nada menos que el 50 por ciento del negocio de soja y el 35% del negocio de trigo (venta de semillas y genética), y avanza en su estrategia para diversificarse en maíz, señaló el diario económico.
Si bien la empresa no quiere dar detalles de la operación hasta el acuerdo sea aprobado por los órganos reguladores argentinos y brasileños, la compañía liderada por Ignacio Bartolomé, hijo de uno de sus fundadores, Gerardo Bartolomé, sigue dando pasos en esa dirección.
“GDM, empresa global -opera en 15 países- en genética vegetal, amplía su alcance y avanza en su estrategia de crecimiento a partir de la la diversificación de cultivos extensivos mediante la compra del negocio de maíz y sorgo de KWS en Brasil y Argentina”, explicó el grupo que nació en Chacabuco, en un comunicado.
“La combinación de la posición en maíz de KWS con el conocimiento en genética vegetal, con foco en soja y trigo, de GDM cera una sinergia y fortaleza únicas para nuestra posición en el mercado y el avance continuo de nuestra compañía”, expresó Ignacio Bartolomé, CEO de GDM, grupo que factura unos u$s 850 millones.
Nació en 1982
La historia de Don Mario arrancó en 1982 cuando los recién egresados Alejandro y Gerardo Bartolomé, Rodolfo Klenik, Eduardo Caride y Juan Pablo Jasminoy, al que enseguida se unió César Belloso, pusieron en marcha un emprendimiento para producir cultivos.
“Eramos recién egresados y pensamos en un proyecto para sembrar”, recuerda hoy Gerardo Bartolomé, uno de los impulsores de la empresa, que debe su nombre, Don Mario, a las bromas entre los amigos.
Lanzados al emprendimiento, sembraron 50 hectáreas que la madre de César Belloso le había cedido al grupo de jóvenes en Chacabuco, la sede de la empresa. Después de esa experiencia, dos años más tarde fueron detrás de su gran objetivo: crear una marca de semillas.
“Como en ese momento sólo se sembraban en el país 1,5 millones de hectáreas (de soja) y la oferta de variedades era baja, nos propusimos desarrollar una marca”, expresó Bartolomé. Su primera variedad en soja fue la DM 49, lanzada comercialmente en 1988.
Lo que vino de ahí en más fue el despegue. Don Mario incursionó en soja de grupos cortos (IV, que permiten acortar el período de desarrollo del cultivo), que por su alto potencial de rinde rápidamente se expandieron por la pampa húmeda.
Plan B/ El Cronista / La Nación / 26-3-2024