Por Martín Boerr
Finalmente Javier Milei designó al economista y ex secretario de Finanzas, Santiago Bausili, como nuevo titular del Banco Central en una decisión inédita y polémica por varios motivos.
En primer lugar, porque Bausili -49 años y economista recibido en la prestigiosa Univesidad de San Andrés-, es un exitoso financista con varios negocios millonarios y socio de Luis “Toto” Caputo en la consultora Anker, que fundaron en 2020.
Desde esa consultora vienen asesorando a Javier Milei hace un año, aproximadamente. Entre otros negocios, controlan un nuevo complejo de shopping y oficinas ubicado en Palermo que se llama Paseo Gigena, que aún no fue inaugurado y promete ser una sensación.
Según el diario Tiempo Argentino, en sociedad con BSD Grupo Asesor, ya invirtieron 18 millones de dólares para explotar por 15 años ese complejo comercial, de oficinas y cocheras, ubicado en la Avenida Dorrego frente al Hipódromo de Palermo. Una de las zonas de mayor crecimiento y desarrollo inmobiliario de CABA.
De esta forma, Javier Milei abandona dos ideas: una propia, la de cerrar el Banco Central. Algo que empezó a quedar descartado con la llegada de Luis “Toto” Caputo que provocó el alejamiento de Emilio Ocampo, el economista libertario que había sido designado previamente como futuro titular y liquidador del organismo que maneja “la maquinita” de imprimir dinero en la Argentina.
La otra idea que abandona Javier Milei, es la de que el Banco Central tiene que ser independiente del Ministerio de Economía. Es algo que siempre se respetó, aunque en ocasiones, terminó siendo más un formalismo que una verdadera autonomía política.
Bausili claramente es un hombre de máxima confianza de Luis Caputo y desde allí actuarán en un tándem inédito en la historia argentina.
La otra cuestión, que también genera muchas dudas, es el tema del conflicto de intereses. Tanto Caputo como Bausili tienen el perfil de “lobos de Wall Street”, es decir, financistas acostumbrados a hacer negocios y apostar sobre la base de información financiera.
Ahora no solamente tienen el acceso a toda la información, sino que ellos mismos son los generadores de esas decisiones cuyo conocimiento reservado puede equivaler a millones.
No por nada, en los Estados Unidos cuando se designa a un “lobo de Wall Street” o ejecutivo de las finanzas en un cargo público, se le solicita que se desprenda de todos sus negocios o tenencias accionarias que puedan afectar sus decisiones.
Esto sucedió, por ejemplo con Henry “Hank” Paulson, cuando asumió en 2006 como titular del Tesoro de los EE.UU. bajo la presidencia de George Bush y venía de Goldman Sachs, considerado el banco de inversión más agresivo de Wall Street. O cuando Paul´O’Neill asumió ese mismo cargo, entre 2001, y tuvo que vender sus acciones en el gigante del aluminio ALCOA, de la que había sido CEO previamente.
De dónde viene Bausili
Adicionalmente, transitaron una vida en el mismo ámbito social y laboral, ya que ambos son egresados del prestigioso Colegio Newman (donde estudió Macri, años antes). Aunque Caputo le lleva 8 años a Bausili.
Luego continuó sus estudios en la también exclusiva Universidad de San Andrés, cuyo campus principal está en el barrio de Victoria, frente al río y cerca de un lugar donde viven algunos de los argentinos más ricos.
Bausili ya conocía a Caputo de este ámbito, pero también continuó el mismo derrotero al ingresar al JPMorgan en 1996, apenas se recibió de Economista. Allí trabajó 11 años. Caputo ya era uno de los ases como jefe de trading, que es el encargado de comprar y vender acciones, bonos y otros activos delante de mesas de operaciones plagadas de pantallas y teléfonos, tal cual se ve en las películas.
Ahí coincidieron apenas 2 años ya que Caputo se fue en 1998 a Deutsche Bank filial Argentina hasta el 2004. Bausili en 2007 también pasó al Deutsche Bank pero a la filial de Nueva York.
Casado, dos hijos
Bausili, que cumplirá 50 años el 18 de febrero próximo, está casado con María Alsina Casaux con quien tiene con dos hijos: Milo de 19 y Carmin, de 16.
Definitivamente no es el perfil de un típico presidente del Banco Central (como Miguel Pesce, Adolfo Sturzenegger, Guido Sandleris, Alejandro Fábrega, Mercedes Marcó del Pont), que suelen ser economistas que vienen de trabajar en organismos multilaterales, think tanks o trabajar en consultoría o ya vienen de la función pública.
La buena noticia es que son personajes que no van a la función pública por el dinero del sueldo. Pero también queda la duda de si podrán evitar el conflicto de intereses.
Bausili ya estaba procesado por una causa de conflicto de intereses en su anterior paso como subsecretario de Finanzas (luego ascendió a Secretario), cuando su jefe era Luis “Toto” Caputo. De manera también polémica, fue procesado en 2021 por el juez federal Sebastián Casanello por negociaciones incompatibles con la función publica.
A los pocos meses la Cámara Federal revocó ese procesamiento. Más tarde, Casanello volvió a insistir tras un dictamen de la Procuradoría de Investigaciones Administrativas. Pero de forma más polémica aún, esta semana la Cámara Federal volvió a revocar su procesamiento, algo fundamental para que pudiera ser designado como nuevo jefe de la máquina de imprimir billetes: el Banco Central.
¿Van por el bronce o para hacer negocios o que los hagan sus amigos?
La otra duda que generan la dupla Caputo-Bausili es si podrán abstraerse de beneficiar a un sector muy reducido: la comunidad financiera, sus amigos, sus antiguos socios de negocios. Al ser el sector financiero un ámbito con una mirada muy sesgada de la realidad.
Es por eso que en general se evitar poner en estos roles a personas del perfil de Caputo-Bausili, indudablemente gente muy capaz y preparada, pero para hacer negocios.
Plan B/ 6-1-2023
