Por Martín Boerr
Hugo Passalacqua no puede creer su suerte. A los 66 años asumirá el próximo 10 de diciembre por segunda vez como gobernador de Misiones. El primero que alcanza tamaña distinción en forma no consecutiva en la todavía corta historia de esta tierra colorada, que se hizo provincia en 1953.
Pero una vez más, llega a la Rosadita justo en momentos en que se avecinan vientos políticos y económicos que auguran un brutal ajuste que tendrá un enorme impacto en la sociedad y la economía.
A Passalacqua -recordado por su frase “la cosa no está fácil, mismo”-, ya le tocó algo parecido hace ocho años, cuando su asunción estuvo sincronizada con la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada. Solo que esta vez, el ajuste que se viene será más violento.
Y la administración provincial no va a ser una isla en la Argentina. Tampoco va a resistir la tendencia, sino que se subirá a la ola -como sucedió en 2016-, buscando versionar la motosierra con un toque de “misionerismo” y atenuando lo más posible el impacto social y en áreas como salud y educación.
Algo similar se está cocinando en muchas otras provincias.
No se trata de una decisión del oficialismo de Misiones, donde todos apostaban a Sergio Massa. El fuerte achique en el gasto público es lo que viene y es inevitable.
Javier Milei lo prometió en Washington, cuando visitó en la Casa Blanca al asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan. Y también lo hizo Luis “Toto” Caputo, quien estará a cargo de Economía, en sus reuniones con funcionarios del Tesoro de los Estados Unidos y el FMI.
En todos lados, prometieron un recorte mucho mayor a lo que le pedía el propio FMI a Sergio Massa. No por nada las acciones de empresas argentinas vuelan (los papeles de Galicia y Macro aumentaron 50% y el Supervielle un 100%), los bonos suben, el riesgo país baja y el dólar “blue” perforó sorprendemente el piso de 900 pesos. Los mercados aman el ajuste, y algo están viendo.
¿Organismos, ¡afuera!?
El presidente electo Javier Milei y su equipo de colaboradores más cercanos, trabaja un fuerte plan de ajuste para ser anunciado el 10 de diciembre junto a una Ley Ómnibus que incluya una profunda reforma del Estado y eliminación de muchos organismos reguladores y de fomento. Varios con gran impacto en la tierra colorada.
Esto divulgó ayer en su columna, “Panorama Empresario”, el periodista Marcelo Bonelli, quien comentó que este plan se trabaja en el más estricto secreto y nadie sabe a ciencia cierta los avances.
Bonelli comentó que uno de los aportes es el trabajo de Federico Sturzenegger, quien viene elaborando un plan para eliminar de una vez 3.000 regulaciones, el régimen de promoción de Tierra del Fuego, e instituciones como el Fondo Especial del Tabaco, el INTA, el INTI, la ANMAT y otras (incluirían probablemente a organismos como el INYM).
También la columna explica que Miguel Pichetto, un posible aliado de los libertarios en el Congreso, les advirtió que semejante paquete de medidas no pasaría nunca por el Congreso. “Esto no pasa”, dijo Pichetto, según el relato de Bonelli.
Ayer fue designado como Procurador del Tesoro, Rodolfo Barra, considerado un jurista prestigioso y el cerebro de las futuras privatizaciones y reforma del Estado que propondrá Milei. Barra, de 75 años, será el jefe de los abogados del Estado y su sola designación augura de por sí un futuro con cambios estructurales de fondo en el andamiaje del Estado.
El menemista -polémico por sus manifestaciones privadas filonazis en los 90 que luego tomaron estado público-, es señalado como el Roberto Dromi de Javier Milei. Dromi fue, en los 90, el estratega jurídico detrás de las privatizaciones y las reformas de Carlos Menem.
Asunción y diagnóstico crudo
El próximo 10 de diciembre, en apenas 8 días más, Javier Milei asumirá con un discurso que se descarta muy duro en materia económica, donde ya dejó en claro que el año próximo será aún peor que este al hablar de “estanflación” (mayor inflación y mayor recesión y desempleo).
Se espera que el libertario siga profundizando en esa línea, pero además incluya los anuncios de su plan reformador, que también prometió enviar al Congreso en sesiones extraordinarias inmediatamente después de asumir.
Una señal de todos estos cambios es la sistemática negativa a recibir o escuchar a los gobernadores de cualquiera de los dos signos políticos mayoritarios. El miércoles estuvieron en Buenos Aires, el mismo día, casi todos los gobernadores argentinos.
Los de JxC se juntaron en el Club Hípico de Palermo, mientras que los peronistas y aliados se reunieron en la sede porteña del Banco Provincia, en Mitre 430. Apenas pasó por allí Guillermo Francos, el designado ministro del Interior, quien solamente los escuchó sin prometer nada.
“¿Queremos seguir la fiesta? Corten otros gastos y paguen aguinaldos, no hay más plata”, había dicho Milei esa mañana, recién llegado de su gira por Estados Unidos.
Si Milei se reúne con los gobernadores y los tranquiliza con promesas, podría quedar condicionado para lanzar su ambicioso y profundo ajuste con reforma del Estado, privatizaciones incluida.
Por eso todo parece indicar que llegará al domingo 10 de diciembre y se pondrá la banda, sin haber tomado contacto con los mandatarios ni enviar a un emisario en su nombre para empezar las negociaciones.
El impacto en Misiones
Milei ya anunció recortes totales o muy importantes en la Obra Pública que afectará a todas las provincias, y también que no tapará el agujero que dejó el “plan platita” de Sergio Massa, quien al eliminar el impuesto a las Ganancias a los asalariados (la famosa 4ta categoría), les dejó una Coparticipación “renga” que en noviembre tuvo la mayor caída en tres años.
Para Misiones, se estima que la pérdida del “plan platita” fue una suma de entre 5.000 y 7.000 millones de pesos. Mucho dinero, teniendo en cuenta que obtuvo el mes pasado giros por $49.626 millones, con una caída de 13,1 por ciento en términos reales.
Análisis de Plan B: ¿Qué puede ganar y perder Misiones con la motosierra de Milei en la Casa Rosada?
En La Rosadita el 30 de noviembre venció el plazo para que todos los ministros, secretarios y otras designaciones políticas presentaran su renuncia, algo que se cumplió a rajatabla ante la Secretaría Legal y Técnica. Esto no quiere decir que algunos ministros renunciados se vayan.
Está casi confirmada la continuidad de Adolfo Safrán, Marcelo Pérez y José María Arrúa. No serían los únicos que sigan. Soledad Balán, de gran cercanía con Hugo Passalacqua, tendría un cargo en el futuro gabinete (se menciona Deportes).
Pero hay más, la motosierra de Milei y sus dichos de que “no hay más plata”, empezó a generar en las provincias, movimientos de ajuste en la planta de personal, sobre todo en los contratados cuyos vínculos vencen a fin de año.
Los distritos aprovecharán para pasar la motosierra y cargarle la factura política a Javier Milei, como ya pasó en 2016 cuando asumió Hugo Passalacqua y vino con un ajuste en el empleo estatal que consistió en congelar las incorporaciones y negociar paritarias siempre por debajo de la inflación, una suerte de ajuste “blando”.
La historia se repite, vuelve Hugo Passalacqua el próximo domingo 10 de diciembre. La única diferencia es que, esta vez, el ajuste no tendrá nada de blando.
Plan B/ 2-12-2023