Por Martín Boerr
¿Y si Javier Milei no tiene realmente ganas de ser Presidente y ahora que tiene la posibilidad al alcance de la mano decidió jugar a perder el balotaje?
Esa es una de las explicaciones posibles para el espectáculo al que asistieron millones de argentinos este domingo a la noche en el debate presidencial que se realizó en la Facultad de Derecho.
Javier Milei le perdonó la vida a un Sergio Massa que carga con una crisis económica a la que no dio respuestas y mucho peor aún, se dejó vapulear por el Ministro de Economía casi sin hacer nada.
Como un boxeador al que le llueven piñas de todos lados y no atina a salir del rincón en el que está atrapado por la andanada del rival.
Ante semejante espectáculo, surge la duda: ¿Y si Javier Milei se bajó, pero sin bajarse del balotaje?
Una de las cuestiones que hay que evaluar de ahora en más es cuántas ganas de ser Presidente tienen los candidatos. Y esta noche se vio a un Sergio Massa que quiere ocupar el sillón de Rivadavia. y un Javier Milei desconocido.
Durante el bloque temático de economía, donde Milei tenía todas las de ganar y Massa, las de perder, sucedió lo impensado.
Massa apretó a Milei y le pidió definiciones sobre algunas propuestas polémicas, difíciles de defender y muy inconvenientes para desarrollar a 7 días de las elecciones.
Por momentos se pareció a un cuestionario casi periodístico.
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Lo puso contra las cuerdas con las eventuales subas de las tarifas, la privatización de los fondos jubilatorios y hasta con la gratuidad de la educación.
También con la dolarización, la propuesta estrella del libertario. También con su posición sobre la cuestión de Malvinas y su adhesión a Margaret Thacher, la ex premier británica que fue la enemiga número 1 de la Argentina durante la contienda del Atlántico Sur.
Más profesional, el ministro candidato lució más preparado y con una hoja de ruta de la cual se mantuvo a rajatabla. No se salió del libreto ni siquiera cuando fue acusado de “chorro” o de “rey de la casta”.
En ningún momento Milei le preguntó cómo podía prometer solucionar la inflación cuando no hizo más que empeorarla, y lo mismo podría haber dicho sobre la pobreza, la recesión y otros aspectos de la crisis económica. Pero no dijo nada.
¿Quiere Javier Milei realmente ser Presidente? La sensación que dejó es que se bajó, sin bajarse. Quizás para él, se trata de una responsabilidad que, al menos en este momento, lo excede. Sobre todo por la impronta que le quiere dar el Libertario a una eventual presidencia, con decisiones que son una gran promesa de generar enemigos en la “casta”.
Como sea, hoy Milei no dejó la sensación de que quiera llegar a Presidente.
Plan B/ 13-11-2023