Por César Cucchiaroni *
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Se inició este lunes el juicio que busca esclarecer el cruento asesinato de Antonella Bernhardt, quien en abril de 2014 murió desangrada luego de recibir una puñalada que le atravesó la garganta.
En lo que que fue la primera de cinco jornadas, cerca del mediodía el acusado, Cristian Daniel Vargas se sentó frente a los jueces y declaró: “Yo sí me hago cargo del homicidio, yo asumo mi responsabilidad”.
Quizás comprendiendo que su situación es complicada por las pruebas que hay en su contra, el acusado admitió su responsabilidad en la muerte de la joven, pero buscó desligarse de los agravantes que podrían llevarlo a una condena por femicidio, tal cual la carátula con la que llegó al banquillo de los acusados.

En tal sentido, negó que con la víctima hayan tendido una relación sentimental y afirmó que solo lo unían cuestiones laborales. Asimismo, aseguró que Antonella terminó apuñalada en el cuello como consecuencia de un forcejeo e intentó cargar la responsabilidad sobre la víctima, acusándola de pretender extorsionarlo con un video íntimo.
El video que conmocionó a Posadas y un supuesto video erótico
El caso había conmocionado a la sociedad posadeña principalmente por la frialdad con la que el acusado había actuado luego del hecho, en abril de 2019. Ese día las vecinas de la joven advirtieron a la dueña de un inquilinato ubicado en la zona de El Brete que algo raro estaba pasando en el departamento donde residía la víctima fatal. Escucharon golpes, forcejeos y “gritos ahogados”.

Cuando se acercaron y golpearon la puerta, Vargas salió como si nada hubiera pasado, simulando hablarle a Antonella quien, en realidad, ya estaba muerta, tirada en un charco de sangre, semi desnuda, en su habitación. Todo quedó registrado en video.
Casualmente, ahora el debate oral, que se realiza en el SUM del Palacio de Justicia, tiene como pieza central otro supuesto video, aunque esta vez con contenido erótico, el cual habría sido el desencadenante de la tragedia, siempre según los dichos del acusado.
Frente a los integrantes del Tribunal Penal Uno presidido por Viviana Cukla, junto a Angel Dejesús y Gustavo Bernie, Vargas (33) se sentó contó su versión de lo que habría pasado ese día.
Insistió en que la joven terminó con el cuchillo atravesado en la garganta luego de un forcejeo que se inició entre ambos, tras una particular secuencia que incluyó sexo oral y un pedido de dinero a cambio de silencio. Es decir, afirmó que la víctima lo intentó extorsionar.
Remarcó que todo fue circunstancial y que no había ningún vínculo sentimental entre ambos, sino únicamente laboral. Esto es fundamental para evitar que la figura de femicidio, sobre la que se le acusa.
¿Qué pasó ese día?
Según el relato de Vargas, el día del hecho ambos se habían encontrado para hacer sesión de fotos para un catálogo de ropa interior. Era el segundo encuentro a tal fin. Antonella era la modelo y Vargas, el fotógrafo.
De acuerdo a lo relatado por el acusado, en determinado momento, la joven le pide para hacerle sexo oral. Él dice que se sorprende pero accede.
Afirma que, luego, ella le dice que le había grabado en video y que comienza a extorsionarlo. Le habría pedido plata a cambio de no mandarle el video a su mujer (siempre según la declaración del acusado).
Dijo que allí comenzó un forcejeo por el celular que la joven había dejado grabando, sobre una mesa.
Según sus dichos, ella agarró un cuchillo tipo tramontina e intentó agredirlo para recuperar su teléfono, lo que llevó a un forcejo que terminó con el cuchillo atravesando la garganta de Antonella.
El Ministerio Público Fiscal, encabezado por Martín Rau, no cree esta versión. Se fundamenta, por ejemplo, en que los hisopos levantados del cuerpo de Antonella no arrojaron la presencia de material biológico (semen) ni en sus partes íntimas ni en su boca. No había señales de relaciones sexuales, ni forzadas ni consentidas.
Ante este escenario, la hipótesis es que el acusado intentó abusarla y terminó matándola.
Considera que, efectivamente, hubo un reclamo de dinero por parte de Antonella, pero que se trataba del pago incumplido por sus servicios como modelo. Ese día era la segunda vez que se juntaban para hacer fotos.
“Reconozco que le di dos tapes”
Lo que sigue son frases textuales del acusado frente a los jueces:
“El teléfono (grabando la escena de sexo) estaba parado arriba de la mesa, apuntando hacia donde yo estaba, recostado contra la heladera”, precisó.
“La discusión empezó en el living, cuando ella me dijo que quería más plata a cambio de eliminar el video. Le dije que se la daría”, continuó.
“En la pieza estaban mis cosas. Allí, ella me dice que tenía todavía el teléfono (con el video). Yo se lo saco y salgo de la pieza. Ella sale atrás mío”, continuó.
Según dijo, él había visto cuál era el patrón de desbloqueo así que lo utilizó y lo desbloqueó. Contó que fue allí cuando “ella se alteró”.
“Después empieza a alzar la voz, no grita”, aclara, sabiendo que los testigos no hablaron de gritos sino de ruidos, golpes y sonidos típicos de alguien que intenta gritar y es acallado por la fuerza.
“Cuando ve que desbloqueo la pantalla, agarra el cuchillo. Forcejeamos y entramos a la habitación. Ella alza la voz pidiendo el teléfono. Reconozco que le di dos tapes”, dice y luego aclara que se refería a dos golpes en la cara, con la mano abierta.
Antonella efectivamente tenía golpes, excoriaciones y signos de que intentaron estrangularla. Mientras que el hombre tenía heridas en los antebrazos, típicas de las que produce una persona que se está defendiendo, siempre según los informes forenses.
En definitiva, ese forcejeo terminó con Antonella apuñalada. El cuchillo le produjo una herida corto penetrante, la cual le afectó la tráquea como así también venas y arterias importantes que le produjeron un desangrado casi inmediato.
Tras el hecho, Vargas se retiró del lugar con el teléfono de la joven. Caminó un par de cuadras y se sentó en la vereda con un solo objetivo: borrar todo el contenido. De hecho, formateó el teléfono lo que imposibilitó que se recupere la totalidad del material que había en su interior. Del video de la polémica, nada se sabe. No se lo pudo recuperar o, quizás, nunca existió.
En esta parte de su declaración, el fiscal Martín Rau lo interrogó para que le explique por qué estaba tan interesado en borrar el supuesto video que, paradójicamente, ahora es parte fundamental de su coartada. Vargas respondió: “La mayoría de los hombres mezquina y ama más a la mujer que está a su lado”. En reiteradas oportunidades durante su relato remarco que temía que las versiones de infidelidad lleguen a la que, por entonces, era su esposa y de la que ahora está separado.
Luego del acusado declararon tres testigos más y la ronda de declaraciones continuarán desde el martes hasta el viernes, cuando están previstos los alegatos y la sentencia.
César Cucchiaroni, es periodista y perito criminalista.