Mónica Andrea Gómez
Una de las banderas más celebradas en la hinchada argentina que asombró al mundo en Qatar 2022 rezaba: “Plata y miedo, nunca tuvimos”.
La frase se adoptó como un veradero grito de guerra -y también de esperanza- para un país que viene de más de 10 años de crisis económicas.
Y esa frase le cabe como nadie a estas tres historias que rescatamos de la chacra misionera y queremos compartir con los lectores para cerrar este 2022. Historias de contratiempos, de sacrificios pero también de esperanzas.
Tres mujeres de la chacra misionera que nos relataron cómo fue perder su producción tras el temporal de granizo que castigó la zona de El Soberbio hace unos días y que en unos instantes se llevó todo el esfuerzo del año, sobre todo en las plantaciones de tabaco.
Estos son los testimonios de Celita Panzenhagem, Yolanda Ribeiro y Natalia Da Rosa.
Las tres coinciden que la pérdida más dolorosa es ver todas las producciones anuales devastadas que no están cubiertas por el seguro que los mismos productores pagan a las tabacaleras.
Celita
Celita Panzenhagem (64) y Wandi Texeira (66) son productores de la zona del paraje San Francisco, entre San Vicente y El Soberbio hace 38 años.
Este lunes por la tarde en plena cosecha, “un granizo intenso como nunca visto”, según relatan, arrasó con la totalidad de sus plantaciones.
Los daños ocasionados son totales: de las 25 mil plantas de tabaco solo quedan vestigios perforados, la imagen más triste como resultado de un año de trabajo.
Las palabras de angustia de Celita y su esposo son devastadoras: “nunca nos pasó algo parecido. Criamos a nuestras hijas aquí y una vez granizo nos dejó sin techo en la casa, pero no dañó las plantas ”, comenta.
Si bien las distintas entidades de gobierno y los gremios que nuclean a los tabacaleros en la provincia recorrieron las zonas afectadas, Celita y Wandi se acercaron a las oficinas de la Asociación Plantadores de Tabaco de Misiones (APTM): “fuimos a hacer la denuncia en
nuestro gremio y nos dicen que hay que juntar las hojas por el tema de la obra social, pero no hay cómo cosechar porque las hojas están destruidas, sólo si juntamos los pedazos”, explica.
Si bien es conocido que los gremios cuentan con diferentes programas de asistencia o seguro contra granizo, la cuenca tabacalera que se asienta a la vera del río Uruguay en Misiones tiene, como la gran mayoría de las chacras, producción diversificada, es decir que las distintas plantaciones como las de zapallos, sandía o yerba mate, también sufrieron los daños por este temporal: “las nuevas hojas de yerba estaban saliendo y también se perdieron, no toda la producción como el tabaco, pero si bastante”, se lamenta Celita.
Las dos localidades afectadas se destacan por ser las zonas con más plantaciones de tabacaleras en la provincia, aún así, son pequeñas parcelas que no llegan en comparación a las plantaciones de las provincias como Tucumán.
Yolanda
“Nosotros no perdimos el total de la plantación pero cada hoja de tabaco tiene al menos 20 agujeros. Teníamos 10 mil plantas en un rosado nuevo -espacio de tierra disponible para sembrar-, que habíamos preparado en el campo de mi papá y ya estaba listo para cosechar en unos días”, describe Yolanda Ribeiro (49) , productora del Paraje Lapacho.
Comenta que son una familia junto a su esposo Luis Alberto Wiebelling (63) y una hija de 13 años: “Casi un 50 por ciento de la producción se vió afectada: las pérdidas económicas se van a sentir en las ventas de la zona. Todavía no está fijado el precio que se iba a pagar así
que no hay un valor real pero es nuestro trabajo y lo que te devuelven siempre es poco”, enfatiza.
Natalia
Natalia Da Rosa es productora tabacalera del km 17 del mismo paraje. Junto con su esposo Antonio Barbosa llevan adelante la producción también de sandías, mandioca, choclo y hortalizas en invernadero: “El tabaco son hojas blandas: si le cae piedra y lo perdemos. Pero nunca pasó esto, no llegamos ni a probar la sandía, se perdió todo el sandial, lo mismo con el maíz, y son esos alimentos los que mantienen nuestra mesa”, dice.
Con 54 años, ella trabaja a la par de su esposo en la misma tierra desde hace 34 años. Actualmente intenta sustituir la producción tabacalera por la frutihortícola : “Hacemos de todo un poco para vivir, el tabaco no lo dejamos todavía porque es lo único que nos asegura
económicamente y nos da un buen plan de salud. Este año comencé a vender verdura, pero la inclemencia del tiempo nos jugó mal”, explica.
El día después, entre los vecinos, se juntaban para conocer el estado de las chacras, por los trámites de reclamos en los gremios, y en conjunto levantarse el ánimo, porque comparten que lo vivido no tiene explicación:
“Usted me preguntó cuántos años tengo, tengo 54 y parezco como de 80. Tengo la columna destruida por el trabajo pesado de la chacra. La mayoría de las mujeres del mundo poseen cobertura cuando tienen hijos, pueden quedarse en la casa y son asistidas; la mujer rural no, tiene que parir, volver a la casa y seguir como si nada, por eso muchas estamos mal de salud. Hay chicas de más de 30 años con problemas en la columna y en los huesos lo que enfrentamos de sol a sol, porque si dejamos solo al esposo no da a basto.
Lamentablemente no se reconoce el sacrificio y los precios no acompañan”, concluye.
Plan B/ 30-12-2022