Hoy se celebra en todo el país el Día del Periodista Agropecuario, una jornada ideal para presentar en sociedad el reciente relanzamiento del Círculo Thay, que aglutina a un grupo cada vez más grande de periodistas de Misiones que se dedican al agro.
“Queremos capacitarnos, estar en contacto con otros colegas del país, lograr más reconocimiento a la tarea diaria que hacemos y apoyo para poder llegar a más lugares de la provincia con nuestras coberturas”, explicó a Plan B, Victor Piris, periodista del diario El Territorio.
“El círculo comenzó hace más de 10 años por iniciativa de periodistas como Emilio Lattes y Carlos Vedoya Recio y el nombre se eligió en honor a Thay Morgenstern”, contó Piris. Morgenstern fue un reconocido periodista, poeta y escritor que falleció hace casi 20 años.
Piris junto a otros colegas, fueron los impulsores del relanzamiento de este círculo que cada vez cuenta con más adhesiones de colegas que -con mayor o menor intensidad-, atienden los temas vinculados al campo misionero.
Además de Vedoya Recio (Frontera Jesuita, Radio República) y Lattes (Cadena Express 88.1), la lista es extensa y sigue con Carlos da Rosa (Canal 12 y UNaM), Jorge Balanda (Canal 12), Eliana Benay, Rita Saucedo (ex Canal 12), Florencia Goncalves (Plan B), Daiana Brauvano (Primera Edición), Martin Ghisio (INTA), Damián Zena (Economis), Dianis Fernández (Primera Edición), Emanuel Valle (El Territorio), Eugenia Rossano (Radio Activa), Ignacio Villasuso (INTA), Isabel Carrera, Maria Eugenia Galarza, Rafael Cortes (MisionesOnline), Raúl Romero (INYM), Valeria Guzmán Hamman (eDairyNews), Martin Boerr (Plan B), entre otros.
Mayor reconocimiento de autoridades y anunciantes
Con gran esfuerzo y dedicación, y a menudo sin reconocimiento por parte de aquellos que se benefician con sus coberturas y trabajos, intentan estar en contacto con lo que sucede en el campo misionero, en las chacras alejadas de la ciudad.
Con frecuencia tienen que pagar de su bolsillo los gastos para realizar una cobertura o utilizar francos en los medios para los cuales trabajan, para ir a cubrir un remate ganadero en el interior de la provincia o una jornada de capacitación.
INYM, IFAI, FET, Agro y otras cajas
Los periodistas agropecuarios de Misiones, a diferencia de sus pares de la Pampa Húmeda, no tienen un mercado publicitario potente y atractivo como para obtener financiamiento para sus proyectos, como ser programas de radio, diarios digitales, segmentos en televisión, redes sociales.
Bonaerenses o santafecinos tienen más a mano empresas como productoras de fertilizantes, agroquímicos, maquinaria agrícola o bancos.
Sin embargo, el campo misionero también mueve millones.
Se pueden mencionar los presupuestos del Fondo Especial del Tabaco (FET), el INYM, el Ministerio del Agro, el IFAI, la CAME (que en Misiones trabaja con la CEM) o algunas cooperativas grandes; sólo por citar algunas cajas de entidades públicas, con recursos multimillonarios, y presupuestos destinados a la comunicación.
Tamién se podría mencionar a algunas empresas poderosas, aunque si los fondos son privados, cualquier discrecionalidad o arbitrariedad es mucho más aceptable. Cualquiera hace con su dinero lo que quiere.
Sin embargo, las entidades arriba mencionadas que cuentan con fondos importantes para comunicación, deberían tener criterios de distribución que respeten el profesionalismo y las audiencias. Igual que sucede con la pauta oficial de gobiernos municipales, provinciales o nacionales.
No se pide el ideal de un reparto “ciego” que deje afuera totalmente afinidades políticas o amistades, pero sí, se exige en estas líneas un poco más de respeto y observación por colegas y medios que son altamente profesionales y son esquivados olímpicamente.
Todas esas entidades aportan poco y a veces nada al periodismo agropecuario.
O sí lo hacen, lo hacen con criterios políticos, amiguismo y cierta arbitrariedad, desconociendo el enorme esfuerzo que hacen estos profesionales que ponen en valor la chacra, el monte y el trabajo de miles de familias.
Quizás esto se da, no por mala voluntad, sino por un “teléfono descompuesto” entre quienes deciden sobre los fondos y no son del todo bien asesorados por quienes tienen la función en esas organizaciones de identificar, ayudar y reconocer el esfuerzo de los profesionales de la información.
Y para salvar esa brecha también puede servir el relanzado Círculo Thay.
Para que, quienes pueden llevarse la mano al bolsillo y apoyar el buen periodismo agropecuario, entiendan cual es la situación de una profesión que vive para relevar, entender y visibilizar el sufrimiento ajeno (sean docentes en lucha salarial o pequeños productores, etc) pero no dice ni “mu” sobre el padecimiento propio.
El Círculo Thay también tiene previsto entre sus futuras actividades jornadas para explicarles a dirigentes, políticos, reguladores, productores, intendentes, etc., cómo funciona hoy el periodismo y qué se necesita para mejorar las coberturas, la comunicación y que ganemos todos.
Cabe aclarar que a los periodistas mencionados y muchos otros que no están nombrados acá, hay que sumarles decenas y decenas de colegas (aunque aún no estén en el Círculo Thay) que también trabajan en radios, sitios online, redes sociales, por el campo misionero y merecen ser valorizados económicamente por su trabajo.
Los periodistas están mucho peor que los docentes
Para que todo el mundo entienda la situación, la gran mayoría de los periodistas misioneros (incluimos a todos los profesionales de la información, sean o no del agro) están mucho peor que los maestros.
Ganan menos en el salario de bolsillo -en promedio-, no tienen extensas vacaciones, en la gran mayoría carecen de una buena obra social como la que tienen los docentes, no pueden pedir licencias por cualquier cosa como los maestros y, sobre todo, no tienen estabilidad laboral garantizada.
Además de vivir con el estres de tratar de captar audiencias, competir con las fake news y las redes sociales, en momentos en que ya nadie lee nada y convivimos con la viralización de cualquier pavada.
Con frecuencia hay periodistas agropecuarios que deben dejar el oficio (o la profesión) para dedicarse a otra cosa, porque el periodismo a muchos profesionales con años de experiencia no les da lo suficiente para vivir.
Mientras que los docentes (disculpas que volvemos a esta comparación) enseñan contenidos obsoletos, de una educación de hace 100 años, y ni se les ocurre pensar que su trabajo el día de mañana no estará ahí porque lo que hacen está en crisis.
Sin embargo, las protestas docentes tienen mucha visibilidad en los medios…esos medios que hacemos los periodistas.
Porque en casa de herrero… cuchillo de palo. Para esto también, está el Círculo Thay, para que todos sepan quiénes son, cómo trabajan y el esfuerzo y el sacrificio que ponen, todos aquellos que llevan el campo misionero a cada casa.
Plan B/ 1º/9/2022