Por María Florencia Goncalves
Tras algunas semanas de debate interno, los ingenieros agrónomos de Misiones tomaron postura frente al proyecto de Ley de Promoción de Bioinsumos, que incluye la prohibición del glifosato en un plazo de dos años, y en un comunicado oficial afirmaron que todavía no existe una alternativa que permita sustituir en un lapso tan corto al famoso herbicida de la compañía Monsanto.
Para los ingenieros agrónomos de Misiones, aún no existe un bio herbicida que sustituya al glifosato en las cadenas productivas como la yerba, el te, la forestación o el tabaco.
Mediante un comunicado, el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Misiones (CIAM) informó que 2 años no son suficientes para desarrollar un herbicida que sustituya al glifosato. Ni los cambios culturales ni los tiempos de la ciencia se condicen con los tiempos previstos en el Proyecto.
Específicamente expresa que: “dicho plazo es muy corto, tomando en cuenta que el desarrollo de un bioinsumo no demoraría no menos de 3 o 4 años lograrlo y debemos entender que el producto a utilizar como sustituto debe estar debidamente probado y que tenga una real eficacia para controlar malezas”.
Los agrónomos recalcan que “los bioinsumos no reemplazan a los productos fitosanitarios”, aunque sí colaboran con las cantidades de productos aplicados.
La opinión de los ingenieros agrónomos se suma a la del Colegio de Ingenieros Forestales de Misiones (Coiform), que hace tres semanas se expidió sobre la cuestión en términos más o menos similares. El Coinform respalda los esfuerzos por la sustentabilidad y la búsqueda de alternativas, pero al mismo tiempo pide más tiempo para desarrollar opciones antes de la erradicación del glifosato.
Marco regulatorio
También, detallan que desde el CIAM acompañan la idea de lograr un marco regulatorio para el uso de productos biológicos, recordando que los bioinsumos debe estar inscripto ante el SENASA, que es justamente el organismo nacional encargado del registro de los mismos, lo que conlleva todo el protocolo de pruebas previas hasta su inscripción.
Ahora bien, a diferencia de otras posturas comunicadas, los agrónomos proponen “discutir desde la ciencia y la tecnología los plazos que se establezcan para cada caso de innovación” y manifiestan su preocupación por evitar que los productores “caigan en la orfandad de no contar con herramientas durante el periodo de transición entre la prohibición de una y la efectiva aplicación de otra”.
Sin consultas
El comunicado expone que formalmente el CIAM no fue convocado para discutir ni aportar la mirada técnica al Proyecto de Ley, al menos hasta que logró su dictamen en la Comisión de Recursos Naturales, Ambiente y Cuidado Animal. Luego de eso, se supo que hubo una charla informal entre algunos agrónomos y Rafael Pereyra Pigerl -diputado al frente del Proyecto-, pero nada institucional.
De todas formas, los agrónomos se ponen a disposición para ser consultados: “Por ser importantes actores en la producción de alimentos de la provincia de Misiones venimos a proponer nuestro aporte y colaboración en la difícil tarea de generar leyes de tanta importancia para el sector más sensible y que genera los mayores ingresos para la provincia”, cierra el comunicado.
Si bien el Proyecto sería tratado próximamente en la Cámara de Representantes de la Provincia, la postura del CIAM era quizás la más esperada, justamente porque son ellos quienes deben recetar todos los productos que se utilicen en los cultivos.
Tal como se planteó en este medio en informes anteriores, frente al Roundup, el gran interrogante sigue siendo cuál será el reemplazo natural, biológico y amigable con el medio ambiente y que, no sólo genere exactamente el mismo efecto en los cultivos, sino también el mismo rinde del trabajo al productor.