Martín Boerr
A pesar de la incertidumbre generalizada este fin de semana y ayer lunes, las primeras horas de Silvina Batakis como la segunda mujer en la historia al frente del Ministerio de Economía de la Nación están transitando por carriles bastante buenos, sobre todo teniendo en cuenta el contexto y las circunstancias.
No parece ser la ministra que va a derrotar la inflación ni que va a multiplicar las reservas del Banco Central y lograr levantar el “cepo” cada vez más ajustado, pero por ahora llevó calma y mostró solidez. Eso no es poco en un país como la Argentina donde la alta política lo que menos hace es llevar tranquilidad.
De ahí en adelante es todo ganancia para Batakis que llegó al Palacio de Hacienda más o menos como Lionel Scaloni a la Selección Argentina. Ninguno de los grandes DTs quería agarrar y se la dieron por unos partidos a ver qué pasaba.
Por empezar, en su primera aparición pública anoche en diálogo con periodistas en sus primeras palabras llevó calma a los mercados. Fue en un breve mensaje en casa de Gobierno donde enfrentó a la prensa pero no admitió preguntas.
El dólar “blue” bajódel nivel de los 280 pesos y ya parece haber encontrado un nuevo nivel más cerca de los 260 pesos. Eso es 20 pesos por encima del viernes, es cierto, pero muy alejado de pronósticos alocados que lo situaban por encima de los 300 pesos.
Al menos por ahora, es un ajuste más que aceptable para una divisa libre que viene también muy retrasada en un país donde todo sube, menos el dólar oficial o “blue”.
Calma al mercado
“Estamos convencidos que el rumbo de la Argentina tiene que ver con el manejo fiscal de nuestras cuentas, seguir el programa económico que el Presidente está marcando y lograr que Argentina tenga más exportaciones y revalorizar nuestra moneda, conseguir más reservas”, dijo Batakis.
Estos primeros encuentros en épocas de turbulencias políticas y económicas en la Argentina suelen dejar palabras, gestos, reacciones, que generan aún más incertidumbre. No fue el caso de Batakis ayer, manejó la situación con gran solidez.
Explicó que es defensora de la solvencia fiscal, habló de la continuidad del programa económico, a pesar de que toda esta crisis arrancó con las críticas del kirchnerismo duro y principalmente de Cristina Kirchner y sus seguidores incondicionales a Guzmán. Aún así, ratificó los pasos de Guzmán, pero con diplomacia.
Batakis, además, no aludió a las diferencias entre CFK y el presidente Alberto Fernández. Importante, si se tiene en cuenta que Guzmán se fue recomendando que su sucesor llegue con un acuerdo político.
En cambio, Batakis agradeció a la vicepresidenta, fue su primer reconocimiento, y luego a Wado de Pedro, con quien trabajó en el Ministerio del Interior en la estratégica Dirección de Relaciones con las Provincias.
También a los gobernadores, que la recibieron muy bien y esperan más de ella que de Guzmán, no porque esperen grandes cosas de la ex ministra de Scioli, sino porque el ex ministro tampoco les dio mucho.
Inflación, no la mencionó
En cambio, Batakis no mencionó la palabra “inflación”, el principal drama que enfrentan hoy los argentinos. Quizás no sea casualidad, esa tarea de derrotar a la inflación no parece ya a la medida del golpeado gobierno de Alberto Fernández, minado en su credibilidad.
Y sería injusto pedirle a Batakis que solucione ese problema en este tiempo que le queda a este mandato presidencial.
Peor mientras tanto, Batakis parece ser la ministra de Economía “low-cost” que llegó sin que nadie diera dos con cincuenta por ella, pero que podría terminar dando una que otra satisfacción a un país que necesita calma y estabilidad.
Plan B/ 5-5-2022