Desde siempre, el negocio yerbatero como muchas otras actividades económicas, tiene sus malas prácticas o directamente sus “avivadas” que hacen algunos para ganar más a costa de la buena fe del consumidor y de la credibilidad de la industria yerbatera.
Se trata de la vieja práctica de ponerle a la yerba mate más polvo y palo que el que está permitido según el estricto Código Alimentario Argentino.
El Instituto Nacional de la Yerba Mate desde hace un tiempo está intensificando la lucha contra este flagelo.
En este marco, el lunes decomisó 50.000 kilos de palos y polvo de yerba ocultos en un secadero abandonado en la Zona Sur de Misiones.
“Fueron inutilizados 35 mil kilos de palos y unos 15 mil kilos de “barrido” de yerba mate (polvo)”, señaló el organismo en un comunicado.
Cabe aclarar que este material de descarte debe ser dehechado por los secaderos, para evitar su utilización. Ponerle estos materiales a la yerba mate es como ponerle un poco de agua a la nafta y después venderla como si nada.
El Código Alimentario Argentino (CAA) establece que la Yerba Mate sin palo debe tener no menos de un 90% de hojas desecadas, rotas o pulverizadas y no más de un 10% de palo. Entre palo y polvo, no pueden superar el 35% del paquete, indica el CAA.
“Tras detectar movimiento de vehículos y personal, los inspectores accedieron al establecimiento ubicado en cercanías de la Ruta Nacional 12 donde comprobaron la existencia de 35 mil kilos de palos de yerba mate y alrededor de 15 mil kilos de polvo o “barrido”. Luego de labrar las actas correspondientes procedieron a la inutilización, dispersando este material de descarte en cercanías del secadero”, señaló el INYM.
La normativa del INYM es clara, ya que se reconsidera a los palitos de yerba mate y al polvo de palos como subproductos del proceso de zarandeo de la materia prima, por lo cual deben ser descartados y no pueden ser transportados; menos aún acondicionados en bolsas como las detectadas en los últimos procedimientos efectuados por el INYM.
Fuente: INYM