General Guillermo Pereda.

Del jefe del Ejército Argentino: "Misiones es una gran proveedora de soldados voluntarios"

En los últimos años es una postal muy repetida en cualquier recorrida por el interior del país pasar por alguna unidad militar y observar el poco movimiento de personal. Observar barracas que lucen vacías desde hace tiempo, la falta de soldados ejercitándose, o vehículos recorriendo las instalaciones.

Hoy el Ejército Argentino incorporó 1.500 soldados voluntarios misioneros a las cinco unidades que tiene en la provincia, los regimientos de Posadas, San Javier, Apóstoles, Bernardo de Irigoyen e Iguazú. Se trata de la mayor incorporación que realizan las unidades misioneras en 30 años, en una iniciativa que le da oportunidades de un futuro a chicos y chicas de 18 años, en su mayoría sin secundario completo.

“Por primera vez en mucho tiempo vamos a tener los cuarteles poblados de soldados”, dijo a Plan B, el general de división, Guillermo Pereda, Jefe del Ejército Argentino. Pereda estuvo hoy en Posadas acompañando la puesta en marcha del NIB (Nucleo de Instrucción Básico), una preparación de diez semanas en la que los soldados incorporados serán entrenados y evaluados para luego derivarlos a distintas ramas: comunicaciones, artillería, infantería, logística, etc.

“Misiones ha sido una gran proveedora de soldados voluntarios que han sido destinados a otros lugares del país. En este caso lo que estamos apostando es a reforzar las unidades que están acá en la provincia, Apóstoles, Posadas, San Javier, Bernardo de Irigoyen, Iguazú, las estamos llevando a un nivel de soldados como tal vez hace 30 años no teníamos”, dijo Pereda.

“Es una apuesta interesante que unió el reclamo de la sociedad, de las familias, el pedido de la Gobernación y las necesidades del Ejército Argentino, por primera vez en mucho tiempo vamos a tener los cuarteles poblados y los oficiales y suboficiales van a tener con quien ejecutar maniobras y ejercicios, y particularmente la instrucción que es lo fundamental en este ambiente de monte”, señaló este oficial que se incorporó al Ejército en 1982, año de la Guerra de Malvinas, y realizó su carrera en la rama de Infantería.

Inicialmente se hace una revisación médica y desde hoy comienza la instrucción básica. Los hombres y mujeres (el 30% de los 1.500 incorporados) “reciben instrucción básica del soldado, saber manejar su arma, las destrezas básicas de combate, el desfile, el orden cerrado y la vida en una guarnición militar y en campaña”.

“Acompañamos a los jóvenes dándoles herramientas para que terminen la secundaria y también se puedan insertar en la vida laboral, en el ámbito de la sociedad civil. En el programa Siglo XXI si quiere seguir la carrera militar entra al Colegio Militar y en algún momento en 30 años puede llegar a ser un general”, señaló Pereda.

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