En una medida de fuerte impacto, el Gobierno Nacional decidió suspender las exportaciones de dos derivados de la soja: el aceite y la harina.
Se trata de dos de los principales productos de exportación de la Argentina que el año pasado generaron 12.105 millones de dólares en el caso de la harina y 7.101 millones de dólares por el aceite, según publicó el diario La Nación.
Además, trascendió que la suspensión tiene que ver con una medida de fondo que busca tomar el gobierno que es la de subir las retenciones a estos derivados de la soja para incrementar la liquidación de divisas y también la recaudación impositiva.
Las retenciones subirían del 31% actual al 33% y tendrían como argumento el fuerte incremento del precio de este commodity que subió, como el resto del petróleo y otras materias primas, a partir de la guerra en Ucrania. Según el cálculo de la consultora AZ Group esta modificación implicaría 410 millones de dólares extra en 2022 para las arcas del BCRA y el Tesoro (a la entidad monetaria le ingresan las divisas, que paga con pesos que emite y luego la gira al Tesoro).
El precio internacional de la tonelada de soja se disparó por encima de los 600 dólares desde que Rusia invadió a Ucrania. Se trata del mayor nivel en los últimos diez años.
Sectores vinculados a la agroexportación tomaron la noticia con sorpresa y malestar, ya que hace poco compartieron con el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, un espacio en Expoagro donde les había quedado a los dirigentes rurales la idea de que el gobierno quiere dialogar y no tomar medidas sorpresivas.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que este tipo de decisiones están por encima de Julián Domínguez y tienen que ver con la acuciante necesidad de dólares que tiene el Banco Central y también la necesidad de recaudar más para no seguir incrementando el déficit fiscal y cumplir los compromisos asumidos con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) expresó -vía twitter- que el aumento de los derechos de exportación “es totalmente contrario al interés exportador de la Argentina”.
“La justificación del ministro de Economía, Martín Guzmán, es que la agroindustria tiene que pagar la cuenta del gas importado”, explicó Gustavo Idigoras, titular de CIARA.
Otro efecto colateral de la crisis en Ucrania es la disparada del precio del petróleo y el gas. La Argentina debe importar el gas natural comprimido(el año pasado importó 27 barcos) y el Millón de BTU subió de 8,5 dólares a 40 dólares. En el invierno, la llamada “factura de gas” será más alta.