Se conoció el IPC del mes de diciembre y arrojó un 3,8% mensual, lo cual sentenció para todo el 2021 una inflación acumulada de 50,9% la segunda peor inflación anual desde el estallido de la Convertibilidad hace 30 años.
El peor dato de los últimos 30 años había sido el 2019, del final del gobierno de Mauricio Macri, cuando la inflación fue de 53,8%. Al año siguiente en 2020 la inflación anual bajó a 36,1%.
Pero este año volvió a acelerarse y lo que es peor, para el año próximo todos los prónosticos indican una inflación anual mayor al 50%. Según el sondeo que realiza el BCRA para el REM, la inflación que esperan consultoras, economistas y universidades para 2022 es del orden del 54,8% en promedio.
El Gobierno Nacional también admitió que la inflación de este año será aún mayor que la de 2021 cuando envió al Congreso un Presupuesto con una estimación de inflación del 33%, mayor al 20% que había enviado para el año que pasó.
“Si mantienen el margen de error, la inflación terminará siendo del 55%”, señaló el mes pasado el economista de la Universidad de Belgrano, Victor Beker, quien además fue director del Indec.
Agravante: con nafta y servicios congelados
Pero el agravante de la inflación de 2021 es que se produce con las tarifas de los servicios públicos, el transporte y los combustibles congelados y el retraso del tipo de cambio oficial (en el año aumentó alrededor del 20%).
La inflación de 2021 fue la segunda más alta desde 1991 -el récord fue el de 2019- y fue impulsada básicamente por las subas en los alimentos -que acumularon un incremento en doce meses del 50,3 por ciento. Otros rubro con subas muy por encima del índice general fueron indumentaria, que cerró 2021 con un alza del 64,6%, y restaurantes y hoteles (65,4 por ciento).