El gobernador que nunca para.

La campaña es: Oscar Herrera Ahuad y diez más

El gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, impactó a muchos este fin de semana con lo que debería ser algo de lo más normal: aprovechando la primaveral mañana del domingo en el jardín de su casa, en bermudas, relajado y compartiendo con una de sus dos hijas, Mairu y una amiga de la familia.

La otra hija de Herrera Ahuad, Giuliana, vive en Buenos Aires y estudia Medicina. Mientras que Mairu se destaca en el karting, una pasión que abrazó desde chica y que comparte con su padre.

La imagen de Herrera Ahuad impacta, porque es un gobernador que parece no parar ni un minuto para comer o descansar. Llama la atención verlo así, como una persona más que tiene una vida, una familia.

Mantiene un ritmo frenético de actividades, viajes, presentaciones, inauguraciones y un grado de participación y cercanía con la gente inédito. Ni siquiera Hugo Passalacqua, que también tenía mucho cara a cara con la gente, logró ese grado de cercanía.

Y por supuesto, es un gobernador mucho más accesible que Maurice Closs, Carlos Rovira o Ramón Puerta, más inclinados al acto y el discurso para una tribuna.

Herrera Ahuad no tiene la facilidad de palabra de aquéllos, pero todo lo que le falta de “labia”, más que lo compensa con un raro carisma que emana de su natural sencillez y su extraordinaria capacidad de trabajo. Eso es algo que no se compra, no se construye con expertos en comunicación. Se tiene o no se tiene.

Y en estos tiempos donde la sociedad está tan desencantada con la dirigencia política (en Misiones y en todos lados) es un capital extraordinario. Un capital que tiene la Renovación. ¿Que pasaría si mañana fueran las elecciones a gobernador y va el mejor hombre de Juntos por el Cambio contra Oscar Herrera Ahuad?

Cansancio

El fin de semana anterior fue a compartir un rato con los ex futbolistas de Misiones al club Sarmiento y se enganchó en las charlas con las viejas glorias, con anécdotas con algunos jugadores que conocía de su época de arquero de futsal en Montecarlo. Tanto que lo que arrancó como una visita relámpago terminó siendo mucho más: Tuvo que cancelar ese día otra actividad en Apóstoles.

El otro día conversando con el gobernador en un acto de entrega de casas en Itaembé Guazú, este cronista de Plan B no pudo evitar comentarle: “Tiene que cuidar la salud, gobernador. Se lo ve cansado y con ojeras. Ud parece que no para nunca”.

Sonrió, de alguna manera admitiendo tácitamente que el agotamiento se siente, pero no dudó en redoblar la apuesta, muy seguro: “Es que yo siempre tuve este ritmo de trabajo, siempre trabajé así”.

En esa charla comentó que al otro día tenía que ir a Iguazú para una actividad. En los últimos tiempos viajó varias veces a esa localidad para supervisar la lenta resurrección pospandemia. Presionó a ministros, peticionó ante el Presidente, levantó en peso a funcionarios municipales, y está detrás de cada detalle para solucionar el problema del agua, la reapertura de las fronteras plena, y hasta que bajen las tasas aeroportuarias para ver si se pueden atraer vuelos internacionales.

Así como tomó la decisión de cerrar totalmente Iguazú, ahora esta al frente de su reconstrucción.

De Iguazú se iba a Buenos Aires en vuelo de línea y comentó en aquella charla que volvía a Misiones vía Corrientes, porque no había conseguido pasaje de avión a Posadas. Notable.

Y todo eso sin ni siquiera poner en la balanza el tema de la gestión de la pandemia y de la economía. Dos materias aprobadas con holgura, algo que contrasta con las notas que sacó el Gobierno Nacional.

Por eso para el 14 de noviembre, las fichas de la Renovación están puestas en Herrera Ahuad. Herrera Ahuad y diez más.

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