Por Francisco Crisp
Paradójicamente el 17 de Junio, dia Nacional del Tarefero, una fuerza productiva importantísima en la provincia de Misiones y Corrientes, el instituto Nacional de la Yerba Mate votó una resolución que prohíbe la plantación de yerba mate, destruyendo de esta forma puestos de trabajo y dañando la capacidad productiva del sector yerbatero al que supuestamente debería defender.
Esta resolución desafía toda lógica y obliga a revisar las premisas sobre las que se decidió, es ahí donde uno se da cuenta que la mayoría de los directores del INYM no son productores yerbateros que aman su actividad si no un grupo de burócratas fragilistas que creen que la creación de riqueza y progreso es producto de leyes y no del esfuerzo y el trabajo.
El contexto actual de la economía yerbatera es el opuesto a aquel que “justifica” medidas que restrinjan la oferta de la misma. Hoy en día la producción Argentina no alcanza para satisfacer su demanda interna y mucho menos de la creciente demanda del resto del mundo. Con este tipo de medidas, en vez de ser orgullosos proveedores mundiales de yerba mate le estamos regalando mercados a nuestros vecinos paraguayos y brasileros, esto incluye el mercado Argentino.
Todos los días los Argentinos sufrimos la inflación y vemos como suben los precios de los alimentos, pero los burócratas del INYM prefieren que haya menos comida y que ésta cueste más y dedican su gestión a entorpecer, frenar y encarecer la producción de yerba mate.
Para los productores de verdad, es muy claro que la cadena yerbatera es una sola, que todos los actores de la misma son interdependientes y que necesitan relacionarse de manera sana y sustentable para que les vaya bien a todos. Pero los burócratas del INYM juegan a un sálvese quien pueda sin entender que sin producción primaria no hay industria y sin industria no hay producción primaria.
*Francisco Crisp es industrial yerbatero de Corrientes e integra la Cámara Molinera de Corrientes.