La crisis hídrica está golpeando a Iguazú cada vez más fuerte y ya hay familias que pagan hasta 1.500 pesos para que les lleven hasta su casa agua que se extrae de una perforación. Los vecinos están cada vez más desesperados y piden respuestas.
Ayer un grupo de vecinos autoconvocados ofreció una conferencia de prensa para explicar el dramatismo de la situación. Hay gente que no tiene capacidad para ir a buscar el agua y traer unos 500 o 1000 litros a sus hogares y entonces debe pagar por la entrega a domicilio del vital líquido.
El que dio la cara ayer fue el jefe técnico del IMAS, Ulises Espinoza, quien no dio una respuesta precisa sobre cuándo volverá a reestablecerse el suministro.
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