Opinión.

¿Quién necesita un Gabriel Rolón? Con Luis Enrique, alcanza y sobra

Por Martín Boerr

Ayer cuando en Munich el árbitro pitó el final del PSG 5-Inter 0 y se consumó el mayor baile en una final de la Champions League, la cámara de la transmisión de ESPN empezó alternar escenas del festejo de los jugadores con el seguimiento al director técnico, el español Luis Enrique.

El asturiano se acercó al costado de la cancha, saludó a los primeros que vinieron a felicitarlo y recibió una remera en una bolsa.

Ahí nomás pensé: que no sea lo que todos pensamos, porque vamos a ser muchos los que nos vamos a largar a llorar acá nomás.

Con el ascenso de su sorprendente PSG, ya sin las super-mega-estrellas, Luis Enrique también compartió con millones una historia que al menos yo desconocía. Perdió a su hijita Xana cuando tenía apenas 8 años.

No conocía ese dato de la vida de un jugadorazo al que seguí con gran interés cuando destacaba en el Barsa de principios de los 90, con Guardiola, Romario, Stoikov.

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Luis Enrique cunando por fin pudo ponerse su remera en homenaje a su hijita, fallecida en 2019 con apenas 8 años.

Pero lo que más me impactó fue la filosofía con que Luis Enrique encajó uno de los peores golpes que puede recibir un hombre en su vida: la pérdida de un hijo, a tan temprana edad.

En lugar de focalizarse en lo negativo, sacar lo positivo. Siempre. “No pienso que la perdía los 8 años, pienso que pude disfrutarla durante ocho años”, explicó hace un par de meses atrás.

“Le gustaba mucho las fiestas, donde esté sigue haciéndolas. Recuerdo una foto increíble de la final en Berlín [su Barcelona le ganó 3-1 a Juventus en 2015], donde plantó en el campo una bandera del Barça. Deseo hacer lo mismo con el PSG. Ella no estará físicamente, pero sí espiritualmente”, dijo el DT hace, cuando eliminaron al Arsenal para pasar a la final de ayer en Munich ante Inter.

“No necesito ganar un trofeo para sentirla, está todos los días conmigo”, contó.

En una sociedad cada vez más marcada por el exitismo y el materialismo, que exalta logros justamente como los que ayer consiguió Luis Enrique como técnico (su tercera Champions), no es común encontrar a una persona como este tipo.

Estos son los verdaderos ejemplos a seguir y los verdaderos profetas de la vida, de cómo hay que encararla y qué cosas son importantes y cuales son absolutamente pasajeras.

En momentos en que por ejemplo en la Argentina, millones siguen a Gabriel Rolón, para buscar un mensaje que calme la angustia existencial, el estress, la sensación permanente de insatisfacción o de que algo nos falta, aparece un tipo como Luis Enrique que lo dice todo sin necesidad de escribir un libro ni dar una conferencia.

Solo hay que verlo.

Tras unos minutos en que no terminaba de abrir la bolsita y sacar la remera porque venía uno y otro para abrazarlo, y el, feliz, los recibía a todos, dejé la transmisión y me fui a hacer otra cosa.

Más tarde confirmé lo que ya todos sabíamos, la remera era un homenaje a Xana, su hija que partió en 2019 con tan solo ocho años.

Plan B/ 1°-6-2025

 

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