En un hecho histórico, el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) presentó ayer un viejo anhelo que pudo concretar recién en el año 21 de su nacimiento: la obra social para los pequeños productores yerbateros.
En la ciudad de Oberá, con la presencia del gobernador Oscar Herrera Ahuad y dirigentes de la producción yerbatera, el INYM presentó ayer la nueva obra social que en principio beneficiará a un universo de hasta 4.500 productores, los más chicos, que tienen hasta 5 hectáreas de yerba o entregan hasta un máximo de 25.000 kilos de hoja verde por año.
El objetivo a largo plazo es cubrir a los 12.000 pequeños productores yerbateros registrados en el instituto.
La obra social yerbatera (que aún no tiene nombre) será gerenciada por el Instituto de Previsión Social (IPS), que pondrá su estructura administrativa, y se financiará con aportes del INYM y del Gobierno de Misiones. En la presentación de ayer participaron el ministro de Hacienda, Adolfo Safrán y el titular del IPS, Lisandro Benmaor.
Los productores y sus familias podrán inscribirse en la nueva obra social en los próximos días (se comunicará en breve los lugares y requisitos para anotarse) y gozarán de prestaciones de salud en un sistema que comprende clínicas y centros privados y hospitales públicos.
“Si hablamos de 4.000 y sus familias, hay que pensar en 20.000 personas incluyendo al entorno familiar. Esto es histórico, desde la creación del INYM se vino soñando con esto”, dijo Julio Petterson, productor yerbatero y diputado provincial.
Se detalló que para la alta complejidad se usará el sistema público. En principio, estos pequeños productores no tendrán que hacer aportes para gozar del beneficio, se informó ayer.
El convenio tendrá una vigencia por diez años y podrá ser renovado. Contempla desde la prevención hasta el tratamiento, rehabilitación: atención médicos de cabecera, atención básica y estudios de rutina laboratorio; además de ecografías, radiografías y prestaciones similares.
También prevé atención de alta complejidad que será prestada por los hospitales públicos de autogestión y que comprende cirugías en general, tomografías computadas y derivaciones; entre otros.
Sin embargo, para el diputado nacional por el PAYS Héctor “Cacho” Bárbaro, lo anunciado ayer es bueno pero no se acerca a una verdadera obra social y los productores seguirán atendiéndose en el sistema público.
“Yo no dudo de la calidad de atención del Parque de la Salud, pero los productores que generan riqueza en la provincia querían una obra social de verdad como tiene cualquier trabajador, querían la tranquilidad de pagar su obra social y tener respaldo para su familia”, señaló Bárbaro respecto del anuncio, en declaraciones periodísticas.
No implica fondos del IPS
Estas prestaciones a los productores yerbateros serán cubiertas con fondos provistos por el INYM y por rentas generales de la provincia, informó Herrera Ahuad, sin afectar los recursos propios del IPS de Misiones.
El proyecto de la obra social es un viejo anhelo y se pudo lograr gracias a los fondos que se lograron con una readecuación presupuestaria que realizó el presidente, Juan José Szychowski, y un incremento también en los fondos que recibe el INYM y que surgen del aporte a través de la estampilla que lleva cada paquete de yerba mate.
A eso se suma el aporte económico del gobierno de Misiones, aunque ayer no se brindaron cifras sobre estos recursos.
Contador de profesión, Szychowski tenía este proyecto en carpeta desde antes de asumir en el organismo. Una vez en la presidencia, fue mirando cada rubro de gasto y realizando las modificaciones necesarias para poder apartar los recursos necesarios para esta obra social.
“Debimos hacer una readecuación presupuestaria en el INYM para poder para poder cubrir esta acción que acabamos de acordar, para el año que viene ya estará incorporada al presupuesto de manera formal para que quede instalado para los próximos años”, señaló Szychowski en declaraciones a FM 89.3 Santa María de las Misiones.
Medidas para los productores chicos
La obra social yerbatera es la segunda medida fuerte de la gestión Szychowski orientada a equilibrar un poco más la balanza en la cadena yerbatera y apuntalar a los pequeños productores. La otra decisión importante fue la resolución 170/21, que limita nuevas plantaciones a un máximo de 5 hectáreas y busca evitar “aplanar” la curva cuando inevitablemente venga un ciclo de sobreoferta de materia prima.
Esta última decisión comprende un enfrentamiento abierto con una parte importante de la industria yerbatera misionera y correntina, disputa que se terminará dirimiendo en la Corte Suprema de Justicia cuando se resuelva la cuestión de fondo: ¿Puede el INYM regular la producción yerbatera sin afectar derechos constitucionales? La ley del INYM dice claramente que sí, pero nunca antes se puso en práctica y es momento de que pase por ese filtro.
En tanto, la obra social también implica, de alguna forma, un limite autoimpuesto a la expansión burocráctica del INYM, que ahora deberá velar por los recursos para fondear esta prestación. Otra medida que sirve para distribuir más equitativamente los recursos que genera la yerba mate.
Una cuestión más: Nada es gratis en la vida y no por nada el INYM esperó 21 años para lanzar la obra social. Es que una obra social generará un costo importante que asume el INYM y que no se financiará únicamente con readecuaciones de gastos internos.
Seguramente también podría haber un impacto en el precio de la estampilla (técnicamente, la tasa de fiscalización) que debe ser aprobada por el Ministerio de Agricultura de la Nación en los próximos meses y que definirá el presupuesto del INYM para 2022/2023. La estampilla pasó de $0,90 pesos (2019) a $1,24 (2020) y $2,11.
También en este aspecto es muy importante la readecuación del valor en góndola de la yerba mate y evitar por todos los medios el congelamiento del precio que siempre es una amenaza latente en una Argentina donde la inflación anual proyectada para 2022 ya supera el 60%.
