Ayer el gran triunfo del gobernador Gustavo Valdés en las elecciones de Corrientes consolidaron la extraña hegemonía de la Unión Cívica Radical en esa provincia, la única del país donde el centenario partido domina a placer, no tiene rivales y maneja los hilos del poder desde hace 20 años.
Justo las dos décadas que marcaron el ocaso del radicalismo en el resto del país, desde la caía del gobierno de Fernando de la Rúa.
Los resultados son abrumadores: Valdés -con su alianza “Eco+Vamos Corrientes”-, ganó ayer con más del 75% de los votos contra el 24% del candidato peronista Gustavo Ríos. En Corrientes, el kirchnerismo nunca pudo hacer pie, como quedó ratificado también ayer.
Desde la crisis del 2001 el Poder Ejecutivo es dominado por los radicales. El último peronista a cargo del Ejecutivo allí fue Hugo Perié en 1999, cuando reemplazó al destituido Pedro Braillard Poccard, quien acompañará a Valdés en la fórmula como candidato a vice (después gobernador Ramón Mestre, Oscar Aguad, Ricardo, Arturo y nuevamente Ricardo Colombi).
Valdés asumió en 2017 y ahora iniciará su segundo mandato el 10 de diciembre que concluirá en 2025.
“Es cierto, que Corrientes es la única provincia donde el radicalismo es hegemonía”, confirmaba a Plan B, el ex gobernador radical de Misiones, Ricardo “Cacho” Barrios Arrechea.
Marcadas diferencias con Corrientes
Al mismo tiempo que el radicalismo se consolidó en Corrientes, en Misiones en paralelo comenzó el liderazgo de Carlos Rovira quien asumió en 1999 y en los primeros años de la siguiente década empezó a romper lanzas con el peronismo para formar la Renovación, con peronistas, radicales e independientes.
Un proyecto político que tuvo su rubicón en 2006, cuando perdió el plebiscito para permitir la reelección indefinida, que contrariamente a lo que se creía, fue el puntapié para un liderazgo provincial que no tiene equivalencias en ningún otro distrito.
En paralelo, Misiones y Corrientes fueron desarrollando modelos productivos, que ya tenían marcadas diferencias, en los dos grandes sectores de la economía de la región: madera y yerba. Los contrastes se fueron acentuando.
En lo forestal, en estos últimos 20 años la enorme masa de bosques implantados en Corrientes en los años 90 fue creciendo y llegando al momento para ser aprovechados económicamente, lo cual fue acentuando aún más esas diferencias entre Misiones y Corrientes.
Corrientes fue trazando y delineando -cada vez con más agresividad-, un modelo de atracción de inversiones basado en una baja presión impositiva, sin leyes como la ley de insalubridad o Ingresos Brutos a las exportaciones. Todo para atraer industrias forestales que aprovechen toda esta materia prima. El gran sueño de Corrientes es atraer una mega-industria pastera de unos 2000 millones de dólares de inversión.
Trabaja para eso con gran esmero y estrecha vínculos con los chinos, los que tienen la “billetera” gruesa y ya se posicionaron en ganadería, como también se están llevando los bosques implantados en las bodegas de los barcos que salen del puerto entrerriano de Ibicuy.
Misiones en cambio toda la vida fue forestal y tenía grandes inversiones históricas, con las grandes pasteras Alto Paraná (hoy Arauco Argentina) y Papel Misionero, proyectadas y construidas en los años 60 y 70.
Ahora busca caminos alternativos para que la actividad forestal “derrame” un poco más entre los pequeños productores forestales, con la creación del Instituto Forestal Provincial (Infopro) que busca poner precios mínimos para la materia prima (raleo, chip y rollizo). Es inimaginable que Corrientes impulse la creación por ley de un Infopro, con semejantes atribuciones.
En cambio, creó la Asociación Plan Estratégico Forestoindustrial, que los expertos describen como “un modelo de asociación público privado para el impulso del desarrollo forestal”.
Yerba mate y la pelea que se viene
Pero la gran diferencia en el aspecto productivo entre Misiones y Corrientes, sin duda se da y se dará cada vez más en la cuestión yerbatera. Corrientes tiene solamente tres firmas yerbateras, pero esas 3 incluyen las dos más grandes del mercado: Las Marías y Playadito.
Los correntinos deben “importar” materia prima de Misiones para abastecerse (producen aproximadamente un 40% y traen de la vecina provincia el 60% restante).
En tanto, Misiones concentra el grueso del resto de las industrias yerbateras, pero sobre todo, tiene a más de 7.000 pequeños productores yerbateros con yerbales de entre 5 y 10 hectáreas.
Para el INYM hay un total de 9.983 productores yerbateros, de los cuales 4.119 productores tienen hasta 5 hectáreas; 2967 ostentan entre 5 y 10 hs; y 2.129 productores poseen entre 10 y 25 hectáreas. Apenas 674 tienen entre 25 y 100 y sólo 94 mega-productores tienen más de 100 hectáreas.
Todo eso dio lugar a la histórica resolución del INYM número 170/21 que limitará las nuevas plantaciones de yerba mate a partir del 1° de enero del 2022. Buscando evitar la futura sobreproducción y consecuentes precios bajos que castigarán fuerte a los pequeños chacareros (colonos).
Como se sabe, la industria yerbatera de Misiones y Corrientes puso el grito en el cielo con la limitación de nuevas plantaciones y también lo hizo el gobierno de esa provincia, apoyando decididamente a su industria.
El gobierno de Corrientes, fortalecido ayer en las urnas, tiene una silla en el directorio del INYM. Gustavo Valdés, que nunca se pronunció públicamente sobre la cuestión, apenas surgió la polémica resolución metió mano en el banco de suplentes y mandó a ocupar esa silla a un “peso pesado”, el ministro de la producción Claudio Anselmo, quien además fue gerente histórico de Las Marías. Nunca antes Corrientes había enviado a su ministro de la Producción a ser director del INYM.
En la primera reunión, nomás, Anselmo avisó que Corrientes realizará una presentación ante la Justicia buscando anular la resolución 170/21. La norma, si bien está dentro de las potestades del organismo yerbatero, también se introduce en cuestiones que afectan otros derechos y podría ser impugnada judicialmente, afirman desde la industria yerbatera correntina.
Ahora con el triunfo de Valdés en las urnas, un fortalecido gobierno correntino se apresta a marcar esas diferencias entre Misiones y Corrientes en un recurso de amparo o demanda ante la Justicia que será, sin dudas, una ocasión para debatir los dos modelos de desarrollo con diferencias cada vez más marcadas.
Dos provincias vecinas y hermanas
Corrientes y Misiones, por si hace falta aclararlo, más que provincias vecinas, son provincias hermanas, y ninguna diferencia en su modelo de desarrollo productivo podrá opacar los fuertes vínculos económicos, sociales, familiares e históricos entre ambos territorios (el propio Valdés cursó parte de sus estudios secundarios en el Liceo Storni de Posadas).
Sucede algo basante parecido entre Argentina y Uruguay, que desde la crisis del 2001 acrecientan o disimulan menos las diferencias políticas y en cuanto a las políticas económicas, pero siempre manteniendo lazos indisolubles que hermanan a ambos países y están por encima de cualquier contraste.
Un poco atendiendo a eso es que las diferencias entre Misiones y Corrientes se desarrollan en voz baja, sin declaraciones estridentes. Nadie quiere herir susceptibilidades y la disputa no es personal sino de concepciones sobre las mejores soluciones para el futuro de correntinos y misioneros. Aunque cada vez los contrastes son más evidentes para alguien que observa con detenimiento.
Incluso Valdés planteó la posición de Corrientes en el tema yerbatero en un par de oportunidades. En una visita a Virasoro y en el lanzamiento de los candidatos de su alianza, hace algunas semanas.
“Aclaro que no se trata de un conflicto entre provincias, cada una tiene autonomía para establecer su política agraria y defenderla. Lo que objetamos es la resolución del INYM, por varios motivos”, aclaró el ministro y director del INYM, Anselmo, a Plan B en el día de hoy, al mismo tiempo que ratificó que su gobierno seguirá adelante con el planteo por la RS170 ante la Justicia.
