Carlos Rovira cumplió este sábado 67 años y ya tiene desde hace dos la edad necesaria para jubilarse.
Pero lejos de eso, Rovira lanzó la Renovación NEO de cara a las elecciones del próximo 7 de mayo.
Una vez más, Rovira aprieta la tecla “F5” para sacudir a un espacio político donde muchos piensan que se puede hacer carrera con sólo adherir a la obediencia ciega y la cautela política. Es un error.
Ahora es la Renovación NEO, como antes fue la Renovación 2.0 o antes el recordado “Refresh”.
Detrás de cada uno de esos nombres no hay otra cosa que un gran programa de retiros voluntarios -y no tanto- de dirigentes que no gestionan y tampoco traccionan. Rovira los jubila masivamente, para no tener que jubilarse él.
Y para sacarse el lastre político, nada mejor que promover nuevos dirigentes, jóvenes y “outsiders” y ocupar los espacios donde antes estaban históricos o personajes que empezaron a anquilosarse al calorcito del poder.
Hace tiempo que viene asomando la Renovación NEO, con nombres como Lucas Romero Spinelli, Facundo Sartori, Gervasio Malagrida, Paula Franco, Sonia Rojas Decut, Soledad Balán, Fernando Santa Cruz y la lista sigue.
En el Parque Paraguayo destacan que en los últimos tiempos lograron recrear un clásico de la Renovación: la sensación de que hay posibilidades para todos, en especial para los más jóvenes.
“Cada vez más jóvenes se acercan a nuestro espacio, saben que tienen un lugar y que tienen posibilidades de llegar”, señala a Plan B, un dirigente de los poquísimos que pasó los 60 pero todavía tiene un wild card para no pasar a retiro.
El razonamiento de Rovira es sencillo, generar mucha competencia interna, que nadie se duerma en los laureles.
La lista de dirigentes que supieron ser importantísimos en la Renovación y que hoy serían impensados para ocupar un lugarcito en alguna lista es larguísima: Balero Torres, Pelito Escobar, Sandra Gimenez, Flavia Morales, Maggie Solari, Carlos Fernández, sólo por citar algunos.
Todos estos movimientos generan mucha expectativa en un espacio donde nadie tiene la “vaca atada”.
La oposición dejó pasar otro tren
Mientras esto pasa en las filas oficialistas, en la vereda de enfrente Juntos por el Cambio parece haber dejado ir otra oportunidad para disputar el poder en Misiones, tras los triunfos en las PASO y las generales de noviembre de 2021.
Hace un tiempo en una charla política un dirigente curtido me preguntó qué atributo consideraba que debía tener un candidato a gobernador por la oposición. Le respondí con cierta crudeza:
“Ideas o propuestas superadoras hasta ahora no tienen. Tampoco los imagino gestionando mejor lo que ya está. Lo más importante que tiene que tener un candidato opositor es que la gente lo perciba realmente como tal. El segundo mensaje es sencillo: la plata es del pueblo misionero, no del partido oficialista. Los cargos, los sueldos, las designaciones, los maneja quien maneje el Estado provincial. Parece una obviedad, pero con los años la gente lo olvida”, argumenté.
Es decir, la modesta pero realista promesa que podría llegar a hacer la oposición es gestionar el modelo misionerista, ofreciéndole a la gente como gran ventaja la mera alternancia de nombres.
Sin embargo, inmediatamente surgió un problema. Si la oposición no se pone de acuerdo para armar una lista para las elecciones del 7 de mayo, ¿podrían gestionar el Estado misionero con éxito si asumieran el 10 de diciembre?
Daría la sensación de que para todo van a diluirse en debates eternos: quién va a ocupar tal o cual Ministerio, si en Posadas conviene hacer bicisendas o plazas, si hay que bajar impuestos o no; y si se decide bajarlos, cómo conseguir los recursos que se dejan de percibir.
Es difícil no imaginar una provincia paralizada por las disputas y debates interminables.
En cambio la Renovación tiene a Rovira, que levanta un dedo y todos se alinean detrás de tal o cual decisión, política o de gestión. Lo malo: no hay debate. Lo bueno: no hay debate (y las cosas se hacen).
Renovación NEO
Pasó un buen tiempo de aquella charla y a menos de 80 días de las elecciones del 7 de mayo, se puede afirmar que la oposición sigue sin mostrar planes ni propuestas. Ni siquiera está confirmado el candidato.
Muy al contrario, Juntos por el Cambio es un espacio donde todos están peleados con todos y en lugar de ir por el premio grande con el envión triunfal del 2021, todos parecen haber optado por el premio chico: correr a los cargos reservados para el segundo.
Ese camino conlleva tres decepciones. La primera es a la gente que los votó en 2021 y les dio un mandato: vayan por todo en 2023.
La segunda es con los futuros votantes del 7 de mayo, a quienes van a ir a tocarle el timbre pidiéndole otro voto para ejercer otros dos años como opositores.
La tercera decepción incluye a menos gente, pero puede hacer más ruido. Es la frustración de las bases y filas internas, en especial del radicalismo y el PRO.
Es como si la oposición fuera la cubierta del Titanic pero con lógica inversa. En lugar de salvar a los niños y a las mujeres, los hombres corren y dan codazos para ocupar los pocos botes salvavidas que quedan.
Acá los 10 o 20 dirigentes principales se preocupan por alcanzar algún cargo provincial o nacional si los jefes de CABA llegan a la Casa Rosada (para lo cual también tienen que dirimir sus internas).
Sólo parece importarles qué va a obtener cada uno.
Y esa es la mejor noticia que puede tener la Renovación NEO.
No se trata de que los jóvenes NEO sean carismáticos o representen lo novedoso. Son caras nuevas para gerenciar un espacio donde las novedades las marca una sola persona que el sábado cumplió 67 años.
Pero el fabuloso -y silencioso- movimiento interno que trajo aparejado la llegada de los más jóvenes, y la obligada salida de los más antiguos, genera espacios a ocupar y muchas expectativas e ilusiones.
Hay que tener en cuenta que la política -en Misiones y en todos lados-, ya no tiene que ver con ideologías sino con militar para obtener algo a cambio y recién a partir de mejorar la situación personal (laboral o económicamente) pensar en el otro.
Renovación NEO. No Encuentro Oposición.
Plan B/ 19-2-2023
