Por Martín Boerr
Esta semana se produjo un hecho muy inusual. El presidente de YPF, la empresa más grande del país por facturación, la gran petrolera estatal que cumplió 100 años hace unos días, se tomó al avión y vino a Misiones.
No lo hizo por los ruegos que le viene haciendo el gobernador Oscar Herrera Ahuad, quien el 17 de marzo pasado estuvo en el despacho de Pablo González, presidente de YPF, en el cuartel general de la petrolera en Puerto Madero.
El misionero le viene pidiendo a González dos cosas: aumentar el cupo de combustible que le envía a Misiones, donde la demanda crece presionada por la frontera; y hacer lo posible para que los valores estén, sino igual, más cerca de lo que se paga el combustible en Buenos Aires.
La respuesta de González a los dos pedidos fue: no podemos hacer nada. Tampoco se mostró muy preocupado por las penurias de Misiones, teniendo en cuenta que tiene problemas más urgentes.
Misiones no existe para YPF, a pesar de que la empresa es del Estado Nacional. En teoria, es de los 47 millones de argentinos, incluyendo el 1,3 millón de misioneros. Cuando el Estado hace esfuerzos por YPF, ese esfuerzo lo hacen todos los argentinos, incluyendo los misioneros.
Esfuerzos como el pago de u$s4.000 millones a los españoles por la expropiación, más los juicios multimillonarios pendientes. O los déficit crónicos de YPF en los años 80, motivados porque a la empresa la hacían endeudarse para financiar al Estado deficitario.
¿Cómo pagan los misioneros su “cuota” en YPF? Con obras que no llegan porque los recursos se distraen en pagar esas deudas y compromisos, con inflación por un estado en permanente desequilibrio (en parte por esos desmanejos económicos), con cepo por falta de divisas.
Nos quedamos con las deudas y las penurias, pero no con nafta abundante y al mismo precio que el resto del país. YPF a ese efecto no es de los misioneros. Si quieren nafta, la tienen que pagar más cara que el resto de los argentinos y eso, si es que consiguen.
Pregunta: ¿qué hubiera pasado con Pablo González si Buenos Aires se quedaba un día sin nafta como pasó en Posadas el sábado 7 de abril pasado? Cuesta imaginar que González hubiera seguido en el cargo.
¿Por qué vino Pablo González a Misiones? El ex diputado santacruceño, devenido en ejecutivo, llegó a Puerto Iguazú buscando proteger sus propios intereses. Los de YPF, pero sobre, los de su permanencia al frente de la petrolera.
Un día después de hacer oficial que a partir de ahora el gasoil para extranjeros se paga a 240 pesos, un valor bastante parecido a lo que deberían pagar en Brasil o Paraguay, se dio cuenta de que esa medida incentivaba más que nunca el contrabando de combustible.
¿Por que una estación de servicio, un playero, o incluso un automovilista argentino, paraguayo o brasileño va a querer vender a 160 pesos lo que tiene una cola de compradores dispuestos a pagar 240 pesos?
Es cómo reabrir las casas de cambio, llenarlas de dólares y dejarle a la discrecionalidad del cajero quién se lleva divisas al precio oficial de 120 pesos y quién a 208.
El gobernador Oscar Herrera Ahuad lo dijo clarito: “es poner la pelota en la cancha de los empleados de las estaciones de servicio”.
Por eso González, dándose cuenta que la medida puede generar más dolores de cabeza que soluciones, vino a la frontera con Brasil y Paraguay.
Se paró en la cabecera del puente Tancredo Neves y se mostró con gendarmes, prefecturianos y personal de Aduana, apoyando los operativos que realizan para tratar de frenar un poco un contrabando que es imparable y encuentra nuevas y más creativas formas. Como diciendo: “esto va a funcionar, solamente si paramos el contrabando”.
YPF le pide a Misiones ayuda
¿Por qué Misiones ahora va a cooperar redoblando esfuerzos con el contrabando cuando es permanentemente ignorada en sus reclamos justamente por las asimetrías o en su pedido de más combustible?
La visita de González fue el jueves al mediodía en Puerto Iguazú, sin la presencia de funcionarios misioneros. Lo cual deja en claro que su presencia no tuvo nada que ver con cuestiones vinculadas a los pedidos que le venía haciendo Misiones.
Casi a la misma hora, mientras lanzó el Black Friday edición Alem, en la Casa de Gobierno, Oscar Herrera Ahuad dejó en claro que no se sentía ilusionado por la visita del titular de YPF a Misiones.
“La medida incentiva más el contrabando”, dejó en claro Herrera Ahuad sobre el nuevo valor diferencial para el gasoil a extranjeros. “No va a resolver el problema del desabastecimiento”, disparó.
Pocas veces un gobernador de Misiones le puso los puntos de manera tan clara a un funcionario de Buenos Aires con mucho más poder que la mayoría de los ministros del gabinete.
Como para suavizar un poco las cosas, González bajó a Posadas y se sacó una foto con Herrera Ahuad. “Teníamos prevista esta visita desde hace días”, dijo, de manera poco creíble. La reunión con el misionero fue con los gendarmes.
Así fue como le pidió ayuda a Herrera Ahuad para frenar el contrabando de combustible. Justo a alguien a quien no se mostró interesado por ayudar hace unos días, y que fue a pedirle en nombre de todos los misioneros.
La medida del precio diferencial al gasoil se empezó a gestar el fin de semana pasado, cuando los medios de Buenos Aires se empezaron a hacer eco de la falta de combustible y la inaceptable parálisis productiva del Norte del país. El tema pegó fuerte y creció y eso presionó a YPF a tomar alguna decisión.
A YPF no le interesa lo que pasa en Misiones. El presidente no vino por los pedidos de Herrera Ahuad sino preocupado por el contrabando de combustible.
Contrabando que se genera por las profunda asimetrías que genera una provincia con 90 por ciento de frontera que clama por medidas para lidiar con esta situación.
Sin gas natural, electricidad cara y poca nafta
La “visita” del presidente de la principal petrolera del país, dejó también el claro la profunda discriminación que sufre Misiones en materia energética.
La misma discriminación que quedó plasmada con la traza del gasoducto Néstor Kichner, que arranca en Vaca Muerta y llevará el gas hasta Paso de los Libres para exportarlo a Brasil desde allí.
La misma que queda de manifiesto con la condición que ostenta Misiones de ser la única provincia sin un metro de gasoducto o sin un hogar que tenga algo de gas natural.
Para el que no lo sabe: Corrientes y Formosa, las otras que no tenían nada de gas natural hasta hace poco, ya tienen hogares con gas de red. En la capital de la provincia que de Gildo Insfrán, se expande la red doméstica rápidamente.
Sin gas natural ni planes de ser incluidos en el nuevo gasoducto, con poco combustible y mucho más caro. Con una luz que viene de CAMMESA tan cara que obliga a EMSA y las 7 cooperativas a congelar todo lo demás (a costa de generar unos agujeros en sus balances), para atenuar el impacto del boletazo en el bolsillo misionero.
¿Cómo quieren que celebremos en Misiones los 100 años de la emblemática empresa, alguna vez símbolo de la soberanía nacional?
Si, feliz cumpeaños número cien. Y gracias por nada, YPF:
