El Presidente dijo poco y sugirió dos recetas que ya fracasaron

Por Federico Villagra *

Finalmente el presidente Alberto Fernández presentó anoche (viernes 18/3) en su discurso grabado desde la Quinta de Olivos la tan comentada “guerra contra la inflación” que prometió librar desde ayer, el día después de lograr la aprobación en el Congreso Nacional del acuerdo con el FMI.

Pero el Presidente, como ya sospechábamos quienes seguimos de cerca la falta de estrategia y medidas concretas en materia anti-inflacionaria, no dijo casi nada. Apenas anunció la creación del fidecomiso del trigo para tratar de frenar el aumento en la harina, pan, etc.

Sin embargo, Fernández en un pasaje del discurso volvió a sugerir dos caminos que ya se probaron y no dieron resultados. Se trata de viejos dogmas del kirchnerismo en materia de lucha anti-inflacionaria: insistir con los controles de precios y aplicar la Ley de Abastecimiento.

Desde hace muchos años hay pruebas empíricas del fracaso de los los controles de precios que terminan provocando desabastecimiento o impulsan a las empresas a sacar segundas marcas para eludir los pactos. La paradjoa: esto genera más inflación.

Con respecto a la Ley de Abastecimiento en diferentes momentos se intentó la implementación pero, además de ser una medida de maquillaje nunca tuvo el éxito esperado.

Cuando una parte de estas creencias se vuelve intocable, las discusiones críticas son casi imposibles y los debates entre corrientes de pensamiento se convierten en enfrentamientos teológicos.

En otro orden de cosas el acuerdo con el FMI limita extensamente la capacidad de respuesta a todas las provincias.

El límite para emitir, bajar el déficit fiscal, fijar crecimiento y metas de inflación es como pedirle a una persona de 100 kilos baje 30 kilos en una semana. ¡Imposible!

Los desequilibrios macroeconómicos de la Argentina no son nuevos y tiene un fuerte contenido cultural y social.

La Argentina se pondrá de pie el día en que cada uno de nosotros pensemos en crear riqueza en el sector privado y el sobrepeso del estado alguna vez haga su necesaria dieta.

* Federico Villagra es economista.

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